Las pérdidas de las empresas públicas se han convertido en la mayor tragedia económica para los venezolanos, ya que las estamos pagando no sólo con el ingreso petrolero e impuestos. También con el más perjudicial para los que tienen salario o están desempleados como lo es la inflación ya que el gobierno cubre buena parte de sus incuantificables pérdidas con pagarés del Banco Central; originando esta inmensa masa de bolívares un creciente costo de vida que consume buena parte del ingreso familiar.
Si analizamos la inflación de los últimos tres años esta supera el 200 por ciento, lo cual está relacionado con el monto de pagarés otorgados a estas empresas públicas para sostener sus pérdidas y cuyo monto se acerca a los dos millones de millones de bolívares (dos trillones).
Lo más grave es que su sostenimiento refleja un impacto negativo preocupante en el déficit fiscal público, llevando a una situación de insostenibilidad de sus pérdidas ya que las mismas están consumiendo más recursos que los sectores públicos prioritarios como educación, salud y regiones.
Esta situación unida a las caídas de producción y productividad de ellas, con su consecuencia en no poder cubrir la parte del consumo nacional que les corresponde ha llevado el gobierno a tener que importar grandes y crecientes cantidades de productos para sustituir lo que estas no producen.
Para adquirir lo poco que se produce de ellas, se consiguen muy por encima de sus precios regulados pagando entre 3 y 5 veces su valor, afectando más aún el poder adquisitivo del consumidor.
Hoy la situación de las empresas públicas se ha convertido para los venezolanos en su más complejo dilema, ya que las mismas seguirán requiriendo mayores recursos y es evidente sus limitaciones en aumentar producción y productividad, lo cual nos indica que se necesitarán más dólares para importar los que ellas han dejado de producir. PRENSA DE LA RED POR LA DEFENSA AL TRABAJO, LA PROPIEDAD Y LA CONSTITUCIÓN