El Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona (noreste) ha concluido con éxito el ensayo clínico de un probiótico que previene el desarrollo de la tuberculosis y, tras probarlo en medio centenar de voluntarios, iniciará su distribución en la India.
El probiótico es un suplemento alimenticio que tiene la función de moderar la respuesta inmune del cuerpo cuando se infecta por la bacteria y ha sido desarrollado después de constatar que las personas infectadas enferman por una reacción inflamatoria exagerada contra el bacilo.
Los resultados de este ensayo se han presentado hoy en la Conferencia Mundial de Salud Pulmonar que se celebra en Barcelona, en la que participan más de 3.000 especialistas.
Según ha informado el Hospital de Can Ruti, prevenir el desarrollo de tuberculosis en personas con riesgo de estar infectadas sin necesidad de confirmar que el bacilo está dentro de su cuerpo es el objetivo de “Nyaditum resae”, un probiótico fabricado en Badalona en el último año y medio y validado gracias a un ensayo clínico con humanos.
Con un coste de menos de 5 euros al año, se espera que a partir de 2015 este suplemento alimenticio pueda empezar a beneficiar a miles de personas, especialmente a ciudadanos de países en vías de desarrollo, que es en donde la tuberculosis causa más muertes.
El probiótico está basado en la necesidad de que el cuerpo tolere la bacteria en lugar de querer erradicarla y es una creación de la Unidad de Tuberculosis Experimental (UTE) del Instituto de Investigación en Ciencias de la Salud Germans Trias i Pujol (Institut Germans Trias).
Los investigadores de la UTE han decidido buscar un mecanismo no farmacológico para regular la respuesta inflamatoria y evitar que sea exagerada y que cause la enfermedad.
Así, han creado un suplemento alimenticio fabricado a partir de una micobacteria de la misma familia que la causante de la tuberculosis, llamada “Mycobacterium manresensis”, que fue descubierta en el agua del río Cardener (Barcelona) e identificada por primera vez por los investigadores de la UTE.
Según los investigadores, el probiótico derivado de la bacteria, al ser administrado en comprimidos o en polvo durante dos semanas, hace que el cuerpo aprenda a tolerar de forma natural la micobacteria de la tuberculosis, de forma que la respuesta inflamatoria que genera contra este microorganismo, en caso de infección, es menos intensa.
Eso evita que se desarrolle la enfermedad, como han logrado demostrar primero en ratones y ahora en ensayos con humanos.
El ensayo se ha llevado a cabo este verano en el Hospital Germans Trias con la participación de 51 voluntarios, 21 de ellos infectados por tuberculosis. EFE