Además del maltrato a la gente sometiéndola a esas kilométricas colas, el gobierno le pone freno a la “felicidad”, anuncia que se pondrá el sistema biométrico, que se recuerda de la cédula de identidad de los que obtuvieron cita , lo que demuestra que además de no hacer productos para todos, ya el gobierno no confía en la gente, en su gente, en el hombre y en las mujeres “nuevas” formadas en socialismo, para los que no es concebible que se dejen atrapar por el consumismo que caracteriza el capitalismo y que hagan compras exorbitantes y reiteradas. ¡Cómo han cambiado las cosas!
De la época navideña del año pasado recordamos el famoso “Dakazo”, en el que muchos compraron productos a precios de “gallina flaca” .Esta vez no hay el mismo entusiasmo frente a la llegada de la época navideña, en todas partes lo que se oye son quejas ante los altos precios de los alimentos, la escasez de productos, la falta de variedad en la oferta. No se puede ser feliz si no hay medicinas, si tienes que estar en la calle desde la madrugada, si tienes una nevera pero se va la luz o cuando también debes hacer cola para comprarle los pañales a tus hijos.
¿Navidades felices? Ojalá lo fueran, no se puede ser feliz viendo como la violencia enluta a miles de familias en todo el país. En un país a oscuras, donde uno que otro bombillo del alumbrado público titila, en donde las calles se observan solas después de las 9 de la noche, en un país donde las rejas de protección, el cercado eléctrico y las casetas de seguridad en calles cerradas, son la constante. ¡No es fácil festejar! El verdadero significado de la Navidad es celebrar la llegada del Niño Jesús. La tradición en Venezuela es intercambiar regalos, disfrutar los afectos, mostrar solidaridad. Se equivoca el gobierno cuando quiere supeditar la felicidad a la compra de alimentos. La gente y sus sentimientos, están por encima de eso.
Coordinador Nacional de “Gente” Generación Independiente
@alvareznv