El creciente escándalo de corrupción en la petrolera estatal Petróleo Brasileiro SA podría cambiar Brasil para siempre, dijo la presidenta Dilma Rousseff el domingo, en sus primeras declaraciones públicas desde que una operación policial realizada esta semana generó la detención de varios ejecutivos.
La policía federal arrestó el viernes a un ex director de Petrobras y a otros altos ejecutivos de empresas líderes de ingeniería y construcción, como parte de una investigación por lavado de dinero y sobornos.
“Esto puede cambiar al país para siempre”, dijo la mandataria a periodistas en Brisbane, Australia, durante una cumbre del G20. “¿Cómo? Acabando con la impunidad”, agregó.
El escándalo aumenta la presión sobre la recientemente reelecta Rousseff, en momentos en que un débil crecimiento y una alta inflación plantean serios desafíos a sus esfuerzos para impulsar la principal economía de América Latina.
Rousseff también podría tener dificultades para distanciarse de los problemas en Petrobras, ya que presidió el directorio entre 2003 y 2010.
Varios miles de opositores de Rousseff se congregaron el sábado en Sao Paulo, Brasilia y Río de Janeiro para protestar por la gestión de actual mandataria en la empresa, de acuerdo a la policía estatal.
El valor de mercado de Petrobras, una de las 10 empresas más grandes del mundo en 2008, se ha reducido en más de 200.000 millones de dólares desde entonces, en medio de la desconfianza de los inversores.
A pesar del descubrimiento de grandes reservas costa afuera y de los cientos de miles de millones de dólares de inversiones, la producción de la firma ha decepcionado en el último tiempo.
Legisladores de los más grandes partidos oficialistas, entre ellos del Partido de los Trabajadores, al que pertenece Rousseff, están bajo investigación, según la prensa brasileña.
Las empresas de construcción implicadas están entre los mayores donantes de Rousseff y de otras campañas, como la de su principal rival en los últimos comicios presidenciales, Aécio Neves.
Rousseff dijo que el escándalo es simbólico, ya que es el primer gran caso de corrupción que se investiga a fondo.
“Esto va a cambiar para siempre la relación entre (…) la sociedad brasileña, el Estado brasileño y las empresas privadas”, sostuvo.
Petrobras retrasó el jueves la divulgación de sus ganancias del tercer trimestre a raíz del escándalo. La firma planea dar a conocer sus resultados no auditados el 12 de diciembre y llevará a cabo una conferencia telefónica el lunes.
Rousseff, bajo una creciente presión del mercado para recortar el gasto público y reducir la intervención del Estado en la economía, descartó recortes presupuestarios que podrían reducir la demanda y hundir aún más a la maltrecha economía brasileña.
“Vamos a hacer un ajuste. Pero no pensamos que poner freno a la demanda sea la mejor política para salir de una crisis”, sostuvo. Reuters