Estuve preso en dos ocasiones. La primera vez fue en marzo de 2006, por órdenes de un corrupto llamado Ronald Blanco La Cruz, quien en mala hora fue gobernador del Táchira. Permanecí detenido durante15 días, hasta que Hugo Chávez dio la orden para que me dejaran en libertad. Blanco La Cruz ordenó que me enjuiciaran por venganza, porque descubrí que él no iba en La Tanqueta aquel 4 de febrero de 1992, y lo hice quedar ante la opinión pública como un gran mentiroso.
Regresé a prisión el 29 de julio de 2009 y estuve en una celda hasta el 26 de marzo de 2010. La segunda vez me enviaron a prisión para complacer a Iris Varela. La entonces diputada no quería que yo llegara a la Asamblea Nacional (fui candidato de la MUD en 2010) y la única forma de evitarlo era enjuiciándome, condenándome e inhabilitándome, como finalmente se hizo.
Por esa razón, conozco muy bien el “sistema penitenciario” venezolano. Sé muy bien cómo funciona. Y se, por ejemplo, que las cárceles venezolanas son un infierno para los reclusos, y una mina de oro no sólo para quienes las dominan y controlan, sino también para quienes forman parte del aparato judicial y burocrático que se encarga de “administrar justicia” en este país.
Las dos veces que estuve preso, me enviaron al Centro Penitenciario de Occidente, también conocido como Cárcel de Santa Ana. Allí, el Pran era un joven de 32 años, a quien apodaban “Paco”. El Pran era quien mandaba en la cárcel. Las hojas secas de los árboles no caían al piso sin que Paco lo supiera. Todo, absolutamente todo, estaba bajo su control: visitas, drogas, armas, alimentos, celdas, medicinas, celulares, todo.
A Paco le secuestraron dos hermanos. Al primero lo “desaparecieron”. A la segunda la dejaron en libertad (fue vilmente asesinada hace un par de meses atrás) después que Paco pagó 500 millones de bolívares y 5 kilos de oro a sus secuestradores. El dinero y el oro salieron de la cárcel. Paco logró su libertad el mismo día que me dieron libertad a mí. El Pran había sido condenado a 25 años de cárcel, pero salió mucho antes porque pagó 1000 millones de bolívares. Ese dinero también salió del penal.
Paco hacia lo que le daba la gana mientras fue el Pran del CPO, porque la GN, los directores del penal, los jueces y los fiscales eran los “socios” de él. Paco era algo así como el “gerente” de aquella mina de oro, y repartía las ganancias entre todos los que formaban parte del “sistema penitenciario” para que lo pudieran dejar tranquilo.
No creo que las cosas hayan cambiado en las cárceles venezolanas desde aquel entonces. Muy por el contrario, tengo la certeza de que las cosas más bien han empeorado. Sobre todo después que Chávez creó el Ministerio de Asuntos Penitenciarios y tuvo la “brillante idea” de nombrar ministra a la señora Varela.
Un informe del Comité de la ONU contra La Tortura, demuestra que con Varela, todo ha ido de mal en peor. El documento dice que “las condiciones de detención en las cárceles venezolanas y la situación en el sistema penitenciario en Venezuela es una tragedia (…) el hacinamiento es del 231% en la media del país, lo que significa que 231 detenidos ocupan el espacio planeado para 100. Hay un caso extremo en la cárcel de Tocorón, que fue construida para 750 detenidos y que tenía unos 7.000 en 2013 (…) Uribana, fue construida para albergar a 850 personas, pero tiene una población de 3.700 reclusos”.
El “hacinamiento” en las cárceles forma parte del negocio. La mina de oro no produce si la cárcel no está abarrotada. Mientras más gente hay en un penal, más dinero produce éste.
Los expertos de la ONU dicen que las cifras sobre el hacinamiento en las cárceles no coinciden. Según el gobierno de Nicolás Maduro los reos totalizan 50.721 y la capacidad es para 51.127 reclusos. Pero las cifras que maneja el Observatorio Venezolano de Prisiones, dice que la capacidad de todas las cárceles venezolanas es de 19 mil presos, y la población carcelaria es de 55.007 mil reclusos.
El Comité de la ONU dice que otro grave problema tiene que ver con el número de detenidos en retenes policiales, que pueden ser más de 13.000 personas. Es bueno recordar que fue de uno de esos retenes de donde se fugaron hace unos días 42 reclusos, algunos de máxima peligrosidad.
El Observatorio Venezolano de Prisiones informó que en el primer semestre de 2014 en Venezuela murieron 150 reclusos en las cárceles del país. En 2013, el número de muertes violentas en las cárceles fue de 506.
La ONG que dirige Humberto Prado dijo que “en el primer semestre de 2014, la población carcelaria sumó 55.007 personas, de la cual 64,56% son procesados, 31,58% fueron sentenciados y el resto cumple otras formas de pena”.
Paco, el Pran del CPO, fue asesinado en la vía a Barinas en 2010, 3 meses después que salió en libertad. Pero los “socios” de Paco siguen vivitos y coleando. Algunos continúan disfrutando de los beneficios que les da la mina de oro. A los “socios” de la mina no les importa cuántos reclusos mueren todos los días.
SC. 28 de noviembre de 2014
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