La revista Hola, realizó esta selección de fotos con las celebrities que parece que congelaron el tiempo.
JENNIFER LOPEZ nació el 24 de julio de 1969 (45 años). A la izquierda, una imagen de 2004, en la que poco tiene que envidiar al aspecto que luce en la actualidad. Su cabello, más largo y oscuro, y su ropa, mucho más atrevida y juvenil son las principales diferencias. Su rostro apenas ha cambiado y, sus estilismos, si bien más sofisticados, siguen desprendiendo sexappeal, sobre la alfombra roja, al igual que sus peinados y beauty looks; y ese aire relajado y deportivo, tan típico del estilo JLo, en sus outfits de calle.
Hace unos días veíamos unas imágenes de Jennifer López dando un paseo por Nueva York con su habitual estilo off work: ropa deportiva + el famoso top bun que luce casi a diario cuando no está atendiendo compromisos profesionales. Sin embargo, lo que más nos llamó la atención no fue su estilismo; sino el rostro de la artista, más propio de una chica de 25 años que de los 45 que cumplió el pasado verano la neoyorquina. ¿Cirugía? ¿Tratamientos de belleza? ¿Genética? Lo cierto es que no es la única. Hollywood es una fábrica de películas pero también de celebrities y son muchas las que parecen haber congelado el tiempo desde su llegada al star system.
Jennifer Lopez siempre ha presumido de un físico espectacular gracias a sus rutinas de baile y de unos rasgos que han ido dulcificándose con el paso de los años. Los cambios de color y corte de pelo y las modificaciones en sus beauty looks, más centrados en lucir una piel sana y luminosa, unas cejas más gruesas y el protagonismo de sus ojos son sólo algunas de las claves actuales en su maquillaje. Gwen Stefani comparte año de nacimiento con ella y es otro claro ejemplo de estas no-evoluciones (si acaso, de una evolución inversa, como des-cumpliendo años). Igual que Kate Hudson que, aunque más joven que las anteriores, también parece haber detenido el tiempo en 2004 porque comparando imágenes de entonces y ahora, no vemos grandes cambios… ¡y hasta podríamos decir que está más radiante y joven ahora! Repasamos más casos.
LIZ HURLEY nació el 10 de junio de 1965 (49 años). Hija de un militar y una profesora, esta actriz y modelo británica se hizo mundialmente conocida a raíz de su relación con Hugh Grant, con quien mantuvo un noviazgo de casi trece años. A lo largo de su trayectoria profesional ha participado en películas como Al diablo con el diablo o Austin Powers y es embajadora de Estée Lauder en su lucha contra el cáncer. A sus casi 50 años puede presumir de un físico envidiable que apenas ha cambiado en los últimos 10 años, salvo en su piel, menos bronceada; el color de su cabello, más castaño; y en el maquillaje, con sombras más intensas y ojos más ahumados.
KATE HUDSON nació el 19 de abril de 1979 (35 años). Es la más joven de nuestras protagonistas pero también es un caso digno de estudio. Y es que la hija de Goldie Hawn podría pasar por una adolescente gracias con esa cara, esa sonrisa y ese físico esculpido a golpe de ejercicio (y un poquito de genética, porque su madre, a sus 69 años, sigue presumiendo de un aspecto envidiable). En la imagen vemos una instantánea de hace 10 años y varias recientes. No hay discusión: Kate Hudson se quedó en los 25.
CHRISTINA APPLEGATE nació el 25 de noviembre de 1971 (43 años). La recordarás por su papel de Kelly en la serie Matrimonio con hijos; y por ser la hermana pequeña y caprichosa de Rachel (Jennifer Aniston) en Friends. Su belleza y su físico explosivo la hicieron muy popular en sus inicios pero sólo hay que ver las imágenes para comprobar que quién tuvo retuvo y que, diez años después la actriz sigue luciendo radiante a pesar de haber pasado por momentos difíciles. En 2006 fue madre por primera vez y, dos años después, en 2008, la intérprete padeció un cáncer de mama por el que tuvo que someterse a una doble mastectomía. Todo un ejemplo de superación.
GWEN STEFANI nació el 3 de octubre de 1969 (45 años). Su pelo platino y sus labios en colores vivos son su seña de identidad. También lo es su estilo ecléctico y atrevido, que no ha hecho sino acentuarse desde que cantara aquello del Dont speak con su grupo No Doubt. Madre de tres hijos (tuvo al mayor de ellos, Kingston, en 2006), y con una carrera también como diseñadora de moda, parece más cómoda que nunca en su piel, apostando por peinados juveniles y outfits desenfadados que casan perfectamente con su personalidad. En las alfombras rojas, sin embargo, ha desarrollado su lado más glam, aunque sin perder ese toque personal tan suyo.