El estudiante mexicano Adán Cortés Salas, detenido en Oslo luego de irrumpir el pasado miércoles en la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz, llegó este martes al país tras ser expulsado de Noruega.
Cortés, de 21 años, llegó las 19.03 hora local (01.03 GMT del martes) a la Terminal 1 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México en un vuelo procedente de Alemania y fue recibido por sus padres y hermano, así como seguidores, amigos y medios de comunicación.
Vestido con una camisa color crema, pantalón oscuro y un gorro tejido, fue abrazado de inmediato por sus padres, su hermano y unos amigos, mientras algunos jóvenes le gritaban “¡No estás solo!” en muestra de apoyo.
En sus primeras declaraciones a la prensa mexicana reiteró que en ningún momento fue “protagonismo” su comportamiento durante la entrega del Nobel. “No se trató de ganar fama”, expuso ante representantes de más de medio centenar de medios de comunicación, a quienes agradeció su apoyo.
Expuso que su protesta tuvo como propósito manifestar su opinión sobre la situación en México, “y en particular sobre los 43 estudiantes” desaparecidos en Iguala, Guerrero, en septiembre pasado a manos de policías y miembros del crimen organizado.
Antes de su llegada, varios estudiantes extendieron en el interior del aeropuerto un letrero cuya leyenda rezaba “El peor crimen es el silencio”.
“Ha sido muy claro con sus declaraciones, siempre lo dijo: lo importante no somos nosotros, es el país”, dijo a la prensa el padre del joven, también de nombre Adán Cortés, acompañado por su esposa Mónica Salas.
El estudiante universitario, cuya solicitud de asilo político fue rechazada hace días por Noruega, permaneció el fin de semana retenido en el centro para extranjeros de Trandum, al norte de Oslo, pendiente de que se concretase su expulsión.
“Yo quería pedir asilo porque en México es preocupante la seguridad, pero ahora con estas muestras de apoyo me siento tranquilo y alegre”, declaró tras pisar suelo mexicano.
Dijo lamentar que no se le haya concedido el asilo, pero a la vez expresó respeto a la decisión de las autoridades del país europeo.
Cortés Salas burló el pasado miércoles la seguridad noruega y se coló en el Ayuntamiento de Oslo con una cámara a pesar de que no tenía invitación para acceder al recinto ni estaba acreditado como periodista.
Ahí, subió al estrado con una bandera de México cuando la paquistaní Malala Yousafzai y el indio Kailash Satyarthi acababan de recibir el Nobel de la Paz, y permaneció unos segundos allí hasta que fue retirado por la seguridad. EFE