Porque conocemos la tendencia de quienes nos gobiernan, dudamos que al régimen se le encienda el “bombillito” para pensar seriamente sobre lo que más conviene a los intereses del país. Porque en eso de imitar solo los desaciertos de líderes estruendosamente fracasados, como Mao, Mussolini, Sadam Husein, Mahmud Ahmadineyad, entre otros, no hay quien le gane a los gobernantes psuvistas.
En su ceguera política, Maduro no copia a quienes aun siendo sus supuestos líderes panas, han logrado algunos aciertos en su gestión gubernamental. Evo en Bolívia, Correa en Ecuador y hasta Ortega en Nicaragua, le llevan una morena en la conducción de sus países que, de paso han entendido la importancia de mantener con el “imperio yanqui” un nivel de relaciones que les permiten un intercambio comercial de mutuo provecho con Estados Unidos.
Como lo referimos al principio, sus archipanas Raúl y Fidel Castro, considerados por algunos como sus jefes políticos, están sorprendiendo al mundo con su decisión de iniciar una nueva etapa en sus relaciones con Estados Unidos, lo que podrá permitirle al gobierno y pueblo de la isla tener acceso a un intercambio comercial que indudablemente los beneficiará, pues tienen mucho que ganar y dudamos que muy poco que perder.
Pero, ¿podríamos pensar los venezolanos que nuestros gobernantes pudieran adoptar una decisión similar, en el sentido de enderezar las relaciones con la nación norteamericana? Lamentablemente lo dudamos, porque con los gestos soeces del jefe del Estado venezolano dirigidos contra el gobierno estadounidense, el mensaje que le estamos enviando a todo el mundo es que somos un país que se desplaza en contravía, en relación con el sentido en que avanzan aun las naciones menos favorecidas que el nuestro en cuanto a su potencial de riquezas.
Y por cierto, hablando del destino que nos espera para los próximos años en virtud de nuestro acelerado retroceso, además del sombrío panorama que nos dibuja la polimórfica crisis que amenaza al país, se sumará lo que puede ser considerado como una terrible amenaza, de concretarse el anuncio de Maduro en el sentido de que asumirá “personalmente” el manejo de la economía de la nación. Esto, sinceramente, además de dejarnos sin palabras, nos deja muy asustados; o como dirían nuestros progenitores “Que Dios nos agarre confesados”.
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