En las colas rezan, pelean y se empatan

En las colas rezan, pelean y se empatan

colas

Mientras el refrán  mienta “La necesidad tiene cara de perro”, en Venezuela se acomodan a las circunstancias, publica 2001.com.ve.

Ver colas en todo el país ya es común, pero más allá de las calamitosas condiciones que le generan, las filas se han convertido en un punto de encuentro para socializar.





Odell López  Escote 

olopez@dearmas.com

Positivo o negativo, según el punto de vista de cada persona, la necesidad de pasar hasta nueve horas afuera de un local, en espera  de conseguir un producto de primera necesidad, ha obligado a quienes le hacen a tejer una red de confianza que hasta en amor ha desencadenado.

¡Historia más insólita!

Nancy Solano, una ama de casa de la Candelaria, hacía la cola en un establecimiento para comprar leche y escuchó:

-¡Hasta Cuándo tendremos que calarnos esto!, soltó una dama, llamada Manuela.

-No pensé que fuéramos a llegar a tanto señora. Mi esposo es chavista y le reclamo que haya votado así, dice Rosa.

-Mi esposo también es chavista y le digo que esto es culpa de quienes votaron rojo, replica Manuela

-¡Imagínese! Mi esposo es excelente marido, pero tienes ese detallito. En el taller mecánico le echan broma”, asegura Rosa.

-¡Mi esposo también es mecánico qué casualidad!, exclama Manuela.

-¿Cómo se llama tu esposo?, pregunta Rosa y Manuela respondió

-¡César!

La conversación terminó en una trifulca que hasta dispersó parte de la fila, pues ambas mujeres descubrieron que fueron engañadas por un mismo hombre, contó Solano entre risas y asombro.

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