Mucho se ha escrito sobre esta expresión de “Realpolitik” (política de la realidad) de las partes, la cual busca superar la expresión remanente de la guerra fría, bajo la visión de EUA de que ello podría estimular cambios políticos futuros en Cuba. En ese país, el olfato de los hermanos Castro exacerbó los temores de que la extrema dependencia económica respecto de Venezuela, mayor que la que en el pasado mantuvieron con la Unión Soviética, plantea al país una peligrosa vulnerabilidad, en especial ante el posible colapso de la economía venezolana, en manos de un régimen desprestigiado por su ineptitud y capacidad destructiva. Basta con mirar los indicadores de riesgo país y de inflación, los más altos del mundo, la agravación de la situación fiscal por el derrumbe de los precios del petróleo, la caída de las reservas internacionales del Banco Central de Venezuela, el dislocamiento de la política cambiaria con una paridad sideral en el mercado paralelo, la crítica escasez de divisas, el desabastecimiento de bienes de primera necesidad, y la insostenibilidad del irracional subsidio a la gasolina, entre otros, para constatar que la economía venezolana se hunde en un pantano, sin que se perciba disposición alguna de rectificación de parte de los obcecados gobernantes, entrampando al país en un círculo de desaciertos en aras del fracasado Socialismo del Siglo XXI.
Si en lo económico llueve, en lo político y en lo internacional no escampa. De una parte, el pronunciamiento de las NNUU exigiendo la liberación de Leopoldo López y otros presos políticos, al igual que de organizaciones de DDHH como Human Right Watch, son obstinadamente desconocidos por el régimen. Maduro declaró literalmente que ni que llegaran a derrocarlo saldría libre Leopoldo López, condenándolo de facto ante un Poder Judicial sumiso, mientras la valiente opositora María Corina Machado es imputada por el presunto delito de conspiración junto a otros disidentes venezolanos residentes en el exterior. De otra parte, el Congreso de los Estados Unidos, ante los atropellos y torturas contra los estudiantes que protestaron desde febrero pasado, aprobó por la unanimidad de ambas Cámaras sanciones contra unos 56 funcionarios del régimen venezolano acusados de violar los derechos humanos, tras lo cual, a 24 horas del anuncio de reanudación de relaciones con Cuba, Obama puso el ejecútese a dicha Ley, según se insiste no dirigida contra Venezuela sino contra personas, a quienes se impedirá visitar dicho país y se les congelarán los bienes en dicho territorio. Resulta paradójico que a raíz de ello, el gobierno pretenda ahora imputar por traición a la patria al Director de la Mesa de la Unidad Democrática Jesús Torrealba, por el solo hecho de admitir las sanciones de los Estados Unidos.
Otro hecho relevante al nivel internacional, simultáneo con la decisión de EUA, fue la aprobación por el Parlamento Europeo de una resolución que condena rotundamente la persecución política en Venezuela, el uso de la violencia y el encarcelamiento de manifestantes, y pide que se respeten la independencia judicial y los derechos humanos. La resolución, que contó con 476 votos de socialistas, liberales, conservadores y reformistas, contra 109 negativos y 49 abstenciones, hace un llamado político para que el Consejo Europeo, los 28 Estados miembros y la jefa de la diplomacia europea, soliciten la liberación inmediata de los manifestantes detenidos en Venezuela, y que se desarmen y disuelvan los grupos armados progubernamentales. En cambio, las tibias medidas de respaldo de los países del ALBA y Unasur, por compromisos económicos o ideológicos, no han sido suficientes para contrarrestar la negativa matriz de opinión que respecto de Venezuela prevalece en el ámbito mundial.
Ante tal estado de cosas, Venezuela cierra el año 2014 con perspectivas inciertas y un crecimiento económico negativo. Las pugnas dentro del propio oficialismo tienen al mandatario Maduro atado de manos para la adopción de las heroicas decisiones requeridas para enfrentar la crisis, aunque luce en realidad que prefiere la inmolación a la rectificación de rumbos. Todo lo contrario al pragmatismo de aliados como los Presidentes Correa, Morales y Mujica, cuyas economías evolucionan con mayor pragmatismo por una senda sustancialmente mejor que la venezolana, en otra expresión de “Realpolitik”, y confirmando aquello de que los amigos acompañan al difunto hasta el cementerio, pero no hasta la tumba .
María Corina Machado considera que el 2015 será “el año del despertar del pueblo y de la transición” en Venezuela, con apego a principios democráticos. Las encuestas confirman que la favorabilidad de Maduro ha caído a niveles históricamente bajos, en torno al 30%, mientras que la Encuesta Keller (IV, 2014) muestra que un 71% opina que hay que devolver empresas expropiadas a sus antiguos dueños para que haya oferta de productos en el mercado, el 81% que la empresa privada es importante para el progreso de los venezolanos, el 80% que hay que garantizar la propiedad privada, el 62% que la propiedad privada está amenazada, el 80% que si no se respeta la propiedad privada no habrá empresas fuertes, y el 77% centra los más graves problemas nacionales en la escasez, costo de vida y delincuencia.
El año 2015 será complejo y crucial para el régimen venezolano y difícil para América Latina, pues la ralentización de la economía mundial y la caída del precio de los productos básicos acentuarán las crisis fiscales y marcarán un menor crecimiento económico, ante demandas populares insatisfechas. Pero será de grandes expectativas en lo político por las razones anotadas, y porque habrá un cambio de orientación en Argentina, y pese al continuado fraude electoral, en la composición de la Asamblea Nacional venezolana.
Deseo a los lectores una Feliz Navidad y Año Nuevo, con renovadas esperanzas por un futuro mejor para la sufrida patria, que ya no soporta tanta arbitrariedad, corrupción y privaciones, de parte de un régimen forajido que la aísla, de la mano de los países más atrasados del planeta.
http://pcarmonae.blogspot.com/2014/12/la-realpolitik.html