El Gordo de Navidad se ha hecho esperar, pero ya tiene nombre y dueños para este 2014. Aunque solo contaban con un 0,00001% de posibilidades de ganar el primer premio de la Lotería de Navidad, la esquiva fortuna ha sonreído con 400.000 euros al décimo a los afortunados que se hicieron con el número 13.437, publica ABC de España.
El número ha sido vendido en su mayor parte en Madrid, la ciudad fetiche del Gordo, aunque un pellizco de 20 series ha caído en El Bosque (Cádiz) y también se ha repartido en Mazarrón (Murcia), Eliana (Valencia), Albacete, Coria (Cáceres), La Coruña, Carballo (La Coruña), Logroño, San Bartolomé (Las Palmas), Boñar (León), Lugo y Murcia.
A la una en punto del mediodía aparecía por fin el ansiado número, que se había hecho de rogar. Era el penúltimo premio del sorteo, a falta tan sólo de conocer el tercero. Algunos esperaban al Gordo más gordo desde las dos de la tarde del domingo en las inmediaciones delTeatro Real de Madrid, ataviados con sus mejores disfraces, para estar presentes en el momento en que los niños de San Ildefonsocantaran el gordo del Sorteo de Navidad.
Hubo que esperar una hora para que apareciera el primero de los premios importantes, un quinto para el 46.984. La cuarta tabla traía un cuarto y otros dos quintos, pero el Gordo aguardaba aún. El público, cada vez más nervioso, arrancaba de cuando en cuando en aplausos, como queriendo animar a salir al más codiciado de los premios. Otro quinto premio, al 74.012, salía en el décimo alambre de la quinta tabla. Los murmullos se oían cada vez con más fuerza en la sala. El bombo de los premios iba vaciándose y la tensión se acrecentaba mientras avanzaba la sexta tabla. Ni rastro del primero, segundo ni tercer premio de la Lotería de Navidad
La séptima tabla se iniciaba con el quinto de los quintos, el 91.363, y a las 12,00 aparecía otro quinto, el 60.090, premiado con 6.000 euros por décimo. Pasadas las tres horas de sorteo, la cantinela de los niños de San Ildefonso adormecían a algunos de los espectadores del Teatro Real, que se despertaban con los aplausos con que la sala recibía de nuevo a Maguette Fall Diop, la niña que se echó a llorar al trabarse con un número en la primera tabla, y comenzaba a rellenarse la octava tabla.
Maguette sonreía. La posibilidad de cantar un gran premio se multiplicaba a medida que menguaban las bolas en el bombo más pequeño y el premio llegó. Primero con el séptimo de los quintos, el67.924, y minutos después con el segundo premio al 92.845. El último alambre de la octava tabla aún se reservaba una anécdota más al premiar con 1.000 euros al 00000, un peculiar número que sujetaba con orgullo una asistente al sorteo.