A sus 84 años de edad, con casi 70 de activismo político a cuestas, Isabel Carmona de Serra invita a los venezolanos a ser “militantes del porvenir”.
Antes de que se le pregunte, se adelanta a dejar claro que ella está presta para el relevo generacional en la presidencia de Acción Democrática. Destaca que siempre ha tenido facilidad para entenderse con las nuevas generaciones y que, particularmente la juventud de su partido, “es de este siglo”, pero con actitudes aprendidas de los fundadores, que tuvieron que actuar en la clandestinidad contra la dictadura de Marcos Pérez Jiménez.
Con la mente en el presente, Isabel Carmona reconviene al presidente Nicolás Maduro –”por su propio bien”– y lo emplaza a que tenga “coraje” para abrir cauce al diálogo y que tome conciencia de que ya no ostenta “esa mayoría abrumadora” de la que gozó Hugo Chávez. “Ustedes ya no son esa fuerza que se ufanaban de ser portavoz de las clases populares. Esas clases populares hace tiempo les dijeron: ‘hasta aquí llegamos porque hemos descubierto la burla, que el socialismo que nos han inventado lo que nos ha traído es miseria, hambre, persecución, muerte. Todos los días mueren los hijos de los pobres en los barrios”.
–¿Como abogada, docente y dirigente política, qué opina de la manera cómo la Asamblea Nacional renovó el Poder Ciudadano?
–El Gobierno se anota una victoria pírrica con semejante desafío del principio de la legalidad. Este modelo de Gobierno no cree en el Derecho, ellos no están interesados en darle reconocimiento a la juridicidad porque los planes de ellos no están en la Constitución. En ese mazacote de ideas que un militar inculto se atrevió a imponerle al país, cualquier bondad que ellos le entregaban al pueblo como producto del profundo derroche, han dicho: “eso sólo se cumple en el socialismo”. Que Nicolás Maduro diga ahora que esta miseria en la que estamos, está escasez, estos atropellos a los DDHH que hay en las cárceles, sólo se ve en socialismo, porque la democracia tiene instancias de poder a las cuales dirigirse. Antes, cuando habían irregularidades en el país, inmediatamente entraba José Vicente Rangel, como cultor del pensamiento limpio, a constatar que la Fiscalía vendría a poner orden. Había Fiscalía, había un Parlamento democrático que respetaba a las minorías. La Causa R tenía dos diputados y armaban tanto protagonismo que se creía que eran muchos. Ellos hacían desafío al orden establecido, pero ese orden les daba espacio para actuar. Sólo en democracia los regímenes políticos se expresan en el Derecho, sólo en democracia se valoran los principios de la juridicidad para hacer posible que un Estado que es democrático tenga poderes independientes. Pero un Poder Judicial como el que se repite acá son poderes desconocidos para la sociedad.
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