El camarógrafo estadounidense que grabó por pedido oficial la Zona Cero horas después del 11-S asegura que Washington sabía que los ataques ocurrirían; lo acusan por la muerte de su mujer, en 2002, causa por la que ahora podrá ser extraditado a su país
Hace más de diez años que Kurt Sonnenfeld se mudó de Estados Unidos a la Argentina. En ese tiempo, se casó, tuvo dos hijas, lo buscó Interpol, estuvo preso en Devoto, publicó un libro y fue eje de una disputa judicial entre su país de origen y la nación donde encontró refugio.
En los últimos días de 2014, la Corte Suprema argentina falló que Sonnenfeld puede ser extraditadopara enfrentar el cargo de que mató a su esposa el 1° de enero de 2002, tras festejar el fin del año en que Estados Unidos vivió los peores atentados en su tierra, que él debió registrar con su cámara, como agente oficial.
Sonnenfeld fue el camarógrafo oficial de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA) en el World Trade Center después de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, y alegó que tenía videos que indicaban que el gobierno sabía que los atentados ocurrirían.
Poco después, tras los festejos de Año Nuevo de 2002, en la casa donde vivía con su esposa Nancy se escuchó un tiro y la mujer apareció muerta. La justicia lo señaló como culpable, pero Sonnenfeld asegura que ella se suicidó y que los fiscales lo culparon de su muerte para silenciarlo, argumentos que la fiscalía de distrito de Denver ha negado.
Por el caso, el agente estuvo seis meses en prisión, donde -asegura- lo torturaron. La Justicia de su país finalmente lo liberó por tener pruebas concluyentes para pensar que se trató de un suicidio.
Sonnenfeld afirma que durante esos meses entraron en su casa y le robaron “cajas” de información, pero que no pudieron hacerse con las imágenes de la Zona Cero después de los atentados, que al día de hoy siguen en su poder.
“Al salir de la cárcel empecé a sufrir persecuciones: me seguían autos, recibía llamados extraños y hasta entraron en mi casa. Tenía miedo y me fui a lo de unos amigos en Aspen, pero también llegaron allá. Ellos me ofrecieron venir a la Argentina donde unos parientes suyos podían prestarme una casa en San Bernardo”, contó Sonnenfeld a la revista Para Ti, después de publicar, en 2009, su libro El perseguido.
En el libro, insiste con sus teorías conspirativas (“Creo que el gobierno de Estados Unidos no sólo sabía [que atentarían contra EE.UU.], sino que además colaboró para que esto ocurriera”) y cuenta cómo es su vida desde 2001: persecuciones, amenazas y prisión en Estados Unidos y Argentina.
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