Para los maturineses, la especulación en alimentos y productos de higiene personal sigue siendo un problema pendiente que debe ser afrontado en este 2015. Prensa de Monagas
Aseguran que las medidas aplicadas por los órganos de supervisión no han sido efectivas.
Aunque reconocen que la presencia de vendedores ha disminuido en las calles de Maturín, aseveran que en las bodegas de los sectores, la especulación sigue galopando.
Los maturineses señalan que en La Murallita, La Orquídea, Las Brisas del Orinoco, Brisas del Aeropuerto, la parroquia Las Cocuizas y hasta en el mercado de Los Bloques, son algunos de los lugares con más ventas especulativas de alimentos.
“Creo que no hay una solución clara, los mecanismos para controlar los altos costos han sido ineficientes, los vendedores sólo han migrado de lugar”, declaró Jairo Almeida, residente de la parroquia Las Cocuizas.
A pesar de que la Sundee en el año 2014 conformó 20 círculos de lucha y juramentó a 936 inspectores, las personas consideran que aún faltan estrategias por implementar.
“En dos pollos y dos pechugas que usaría para la cena navideña gasté mil 500 bolívares, eso es una exageración. Los comerciantes se siguen aprovechando de la escasez de comida”, declaró Argelia Rojas, habitante del centro de la ciudad.
Señalan que para superar el alto costo de la comida y los productos es necesario que se aumente la producción local y nacional de bienes y servicios.