Gran ausente en la reconciliación entre Estados Unidos y Cuba, Fidel Castro cumple el jueves un año sin aparecer en público, lo que estimula rumores de la población sobre su salud, aunque ha recibido en su casa a algunos aliados extranjeros.
Por Francisco Jara-AFP
“Me llamó muchísimo la atención que Fidel no haya aparecido cuando llegaron los héroes ni que hablara del restablecimiento de relaciones con Estados Unidos. Se comenta que está recogido en su casa porque su estado de salud es muy delicado”, dijo a la AFP Doraylis Jiménez, bailarina de 20 años.
A sus 88 años, el “Comandante” no ha comentado públicamente el acercamiento anunciado por su hermano y sucesor Raúl Castro y el presidente Barack Obama hace tres semanas.
Tampoco asistió a la bienvenida a los tres agentes cubanos -considerados “héroes” en la isla- liberados por Washington como parte de los acuerdos que pusieron fin a medio siglo de enemistad.
“Realmente debían informar, porque la gente está preocupada con eso, y sobre todo para callar la cantidad de rumores que hay en torno al tema”, agregó la artista.
Retirado del mando desde julio de 2006, hizo su última aparición pública el 8 de enero de 2014, cuando acudió a la inauguración de la galería del artista cubano Alexis Leyva “Kcho” -viejo amigo suyo- en el oeste de la capital.
En julio recibió separadamente en su hogar de La Habana a los presidentes de China, Xi Jinping, y de Rusia, Vladimir Putin. Desde entonces sólo se ha expresado en unas pocas “reflexiones” publicadas en la prensa estatal, las dos últimas en octubre.
– “No creo que se haya ido…” –
La ausencia del otrora omnipresente líder no ha pasado inadvertida en la isla.
“El otro día estaba pensando en eso, en que el Comandante no sale ni escribe reflexiones. No sé si habrá algún problema, puede ser una estrategia política, porque luego la reacción (la disidencia) toma el tema para estar hablando que si esto, que si lo otro”, dijo a la AFP José María García, vendedor ambulante de caramelos de 80 años.
“Claro que se le echa de menos al Comandante, pero sólo Dios sabe cómo está él, si está bien, si está mal o si ya partió. Particularmente no creo que se nos haya ido, pero se rumora que está muy enfermo”, declaró Patricia Rigondeaux, peluquera de 42 años.
“Yo quiero verlo, que salga como en aquel reportaje (sobre la galería de arte), uno siempre quiere verlo y verlo bien, aunque Fidel ya está muy viejito”, indicó Rigondeaux a la AFP.
Un diplomático occidental afirmó que la reconciliación con Estados Unidos y la liberación de los agentes “son también una victoria de Fidel, pero creo que lamentablemente su estado de salud no le permite aparecer”.
“Fidel no puede aparecer, pero ésta es la culminación de un trabajo diplomático en el que él estuvo involucrado, de eso no hay duda”, indicó por su parte Gabriel Molina, exdirector del diario oficial Granma.
– “Se paró, nos abrazó” –
Los últimos testimonios sobre Castro los entregó en agosto una humilde familia cubana, cuyo hijo de 8 años colecciona fotos de Fidel. Éste los invitó a su casa a charlar, privilegio reservado hasta entonces a dignatarios extranjeros.
Los padres y la abuela del pequeño Marlon Méndez Cabrera -quien acudió vestido con uniforme verde olivo como los que usaba Castro- relataron lo que vieron en la casa, algo que raramente hacen los líderes extranjeros que lo visitan.
“Yo lo vi muy bien (…). Ya no camina como antes, pero está muy bien, después del problema (de salud) que tuvo está sentado (más tiempo), pero se paró, nos saludó, nos dio un abrazo muy alegre, nos habló mucho”, contó el padre del niño, Yusley Méndez.
Fidel estaba con su esposa, Dalia Soto del Valle, a quien pocos cubanos conocen, y dos de sus hijos, Antonio y Alex, además de algunos nietos y bisnietos, explicó Méndez.
Castro, quien vestía un traje deportivo azul y camisa de cuadros, habló sobre varios temas durante la visita de dos horas y media, con énfasis en su nueva pasión: el cultivo de moringa.
“Nos explicó todas las plantas con que está alimentando a los animales, sobre la moringa, nos puso videos también en el televisor para nosotros ver también cómo es esa alimentación”, contó la mamá del niño, Wendy Cabrera.
“Cuando Marlon se despidió como militar, Fidel también se levantó y lo saludó como un militar”, contó emocionada la abuela, María Elvira Hernández.