Venezuela está colapsando. El viaje de Nicolás Maduro a China, donde pidió fondos para sobrevivir, fue un fracaso humillante; filas de casi un kilometro para conseguir alimentos se pueden apreciar en las calles de Caracas y otras ciudades; cubanos que manipulaban el gobierno de Maduro están abandonando un barco que ayudaron a hundir; y los militares están considerando el reto de suprimir a manifestantes enojados y desesperados para regalarle tiempo a un régimen incompetente e impopular.
Maduro está luchando con el descontento popular, la escasez de alimentos, una tasa de inflación real del 90 por ciento, apagones, una infraestructura en ruinas y otros desafíos domésticos. Políticas desastrosas implementadas por el fallecido Hugo Chávez intencionalmente estrangularon al sector privado, que es parte de la fórmula de Cuba para que los venezolanos tengan que depender del estado a tal grado que no puedan resistir su voluntad.
La caída del 40% en los precios mundiales del petróleo ha afectado duramente a Venezuela, ya que depende de los petrodólares para el 96% de sus ingresos de exportación y el 45% de los ingresos del gobierno. Desde 1998, cuando Chávez fue elegido presidente, la productividad de la empresa petrolera estatal de Venezuela ha caído en un 25%, por lo que Maduro no tiene la opción de aumentar la producción para compensar el desplome en el precio de crudo.
Además de tener que pagar una deuda externa estratosférica, Maduro debe destinar una enorme cantidad de recursos en programas sociales para evitar disturbios, aumentar el sueldo de militares, alimentos, gasolina y otras importaciones esenciales. Para recaudar dinero, acuerdos petroleros preferenciales con Cuba, el Caribe y América Central han sido detenidos o eliminados. Parte del petróleo que se le debe a China, para cubrir préstamos anteriores, se ha desviado a clientes que pagan en efectivo. Ofertas también están siendo cultivadas por los activos de la distribuidora con sede en Estados Unidos, CITGO.
De acuerdo con fuentes en Caracas, a pesar de estas y otras medidas, la caída del precio del petróleo ha empujado al régimen de Maduro al borde de la quiebra. Por esa razón, él viajó a China la semana pasada a solicitar un préstamo urgente de $16 mil millones de dólares. El presidente de China, Xi Jinping, cuyo gobierno ha prestado a Venezuela más de $50 mil millones de dólares en la última década y que entiende los problemas económicos de Venezuela, se reusó a aprobar dicho préstamo. En lugar de dinero en efectivo, los chinos ofrecieron invertir en el conglomerado minero estatal Corporación Venezolana de Guayana y otros activos. En Caracas no tardo en propagarse la voz de que Maduro salió de Beijing humillado y con las manos vacías.
Hasta donde irá la oposición?
A pesar del control del gobierno sobre los medios de comunicación, las redes sociales han podido diseminar imágenes de supermercados con las estanterías vacías, de impactantes líneas para conseguir alimentos y multitudes agobiadas con la situación . Estudiantes universitarios, cuyas manifestaciones la primavera pasada fueron brutalmente suprimidas por los matones del régimen, han empezado a hablar de la renovación de su lucha. A diferencia de las demostraciones dirigidas por los estudiantes de febrero pasado, el inminente colapso económico puede agitar el malestar entre los venezolanos más pobres, que serán especialmente afectados por la pérdida de los programas sociales de gobierno.
En la primera parte del año, la valiente líder política, María Corina Machado, emitió un comunicado señalando el clamor público por la renuncia de Maduro, para una transición pacífica y constitucional y la celebración de elecciones presidenciales libres y democráticas. En 2013, Machado fue golpeada en el piso de la Asamblea Nacional; el año pasado, fue despojada de su escaño en el Congreso y amenazada con ser procesada por cargos de conspiración. Entre el pueblo venezolano, cansado de una oposición cautelosa que ha favorecido concesiones sobre el enfrentamiento, Machado y el líder encarcelado, Leopoldo López, han eclipsado a la oposición.
Irónicamente, el aparato de seguridad cubano, cuyo trabajo ha sido el neutralizar las amenazas internas a Maduro, también pudo haber ayudado a darle el golpe de gracia. La decisión de Raúl Castro de normalizar las relaciones diplomáticas con los Estados Unidos el pasado 17 de diciembre hizo que este perdiera su influencia con el régimen en Venezuela. Fuentes en Caracas comentan que los militares cubanos han abandonado sus puestos en las instalaciones militares de Venezuela y que han regresado a Cuba en los últimos días, dejando a Maduro a merced de los militares venezolanos que no están dispuestos a usar la fuerza para salvar a un régimen al borde del colapso. La ley firmada por el presidente Obama en diciembre, que sanciona a violadores de derechos humanos en Venezuela, puede desalentar la represión violenta.
Para evitar un peligroso vacío de poder, los demócratas de Venezuela ya están aconsejando una transición pacífica y la reconstrucción del país. Mantener el orden público, el desarme de los militantes y hacer frente a las bandas criminales también requerirá de la cooperación de los líderes militares responsables y de chavistas moderados. Por supuesto, la oposición seguirá insistiendo en elecciones tan pronto como se establezca la estabilidad y la libertad.
Rehabilitar la economía venezolana tomará tiempo. No obstante, la gestión competente de la industria del petróleo y la implementación de reformas económicas coherentes deben producir los ingresos y la inversión privada necesaria para la reconstrucción de Venezuela. Washington y los gobiernos regionales deben apoyar los esfuerzos de los venezolanos de buena voluntad para comenzar una transición pacífica hacia un nuevo orden democrático.
El autor fue embajador de Estados Unidos ante la Organización de los Estados Americanos y subsecretario de Estado Adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental en la administración del presidente George W. Bush de 2001 a 2005. Es investigador visitante en el American Enterprise Institute. Su firma, Visión Américas LLC representa a clientes estadounidenses y extranjeros.