Organizaciones no gubernamentales contabilizaron, en promedio, 145 lesiones a comunicadores, la cifra más alta de los últimos cinco lustros alertó el Colegio Nacional de Periodistas.
Eran aproximadamente las 10:30 Am del 5 de diciembre de 2014, cuando Lenin Núñez, reportero gráfico de El Tiempo, llegó al sector La Chica de Barcelona. Unos comerciantes informales protestaban.
Le habían asignado registrar fotográficamente los hechos. Esa mañana, como otras anteriores, no llevaba su carnet de prensa a la vista. Aun así, sacó su cámara y tomó varias fotos. De pronto, sintió que alguien lo halaba con violencia: una funcionaria de Polibolívar. Acto seguido, comenzaron los gritos y amenazas: “¡Borra las fotos!”, fue la orden de la mujer.
Instantes después, Núñez estaba en una patrulla en la que lo metieron a empujones. Lo que siguió fue intimidación, amenazas y hasta agresiones físicas. Los oficiales fueron muy claros: “O borras las fotos, o te llevamos detenido a la Comandancia”. Tras minutos de forcejeo, Núñez accedió a borrar cuatro imágenes, y pudo conservar el resto.
“Me dejaron ir en ese momento, pero me advirtieron que no tomara más fotografías”, dijo al Instituto Prensa y Sociedad (Ipys) cuando denunció el hecho ante la organización no gubernamental que, desde 2005, lleva un registro de los casos de violaciones a la libertad de expresión en el país.
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