El desprovisto
Después de transcurrir dieciséis años
donde Dios proveyó tantos recursos
pidió el usurpador en su discurso,
para que no prospere el desengaño,
que le provea Dios las soluciones
que no es capaz de concebir su mente
sin desarrollo aún, de adolescente,
plagada de temor y confusiones
pero presta a gritar y amenazar.
Esa es su forma de poder calmar
su incapacidad de haber previsto
alguna solución a tantos males
o quizá uno o dos, pero vitales.
Mas no será así, está desprovisto.