El escándalo político desatado tras la muerte el fiscal Alberto Nisman golpeó la imagen de la presidenta argentina, Cristina Fernández, según las últimas encuestas, que tampoco arrojan datos optimistas para la oposición.
La imagen positiva de la presidenta cayó 4 puntos porcentuales entre diciembre y enero, cuando se conoció la muerte de Nisman y se situó en el 29,1 %, mientras que la negativa superó el 50 %, con un aumento de 11 puntos, de acuerdo con una encuesta publicada hoy por el diario Perfil.
El sondeo, de la consultora González y Valladares y la firma iSurveyX, revela también que los encuestados no están conformes con la reacción de la oposición al caso Nisman.
Más del 57 % considera que la oposición actuó mal o regular tras la muerte del fiscal, encontrado con un tiro en la cabeza en el baño de su casa la noche del domingo, horas antes de comparecer ante el Congreso para dar detalles de la denuncia que presentó contra la presidenta por presunto encubrimiento de terroristas.
Otra encuesta divulgada esta semana reveló que un 70 % de los argentinos cree que Nisman fue asesinado y un 82 % considera “creíble” su denuncia contra Fernández.
Solo para un 8 % de los encuestados es “muy probable” encontrar a los culpables de la muerte del fiscal, mientras que un 65 % no confía en que se termine descubriendo.
Alberto Nisman denunció a Fernández argumentando que el memorándum de entendimiento con Irán aprobado en enero de 2013 incluía un encubrimiento de los sospechosos del atentado contra la mutual judía AMIA -que dejó 85 muertos en 1994- a cambio de impulsar las relaciones comerciales y el intercambio de petróleo por granos en un contexto de crisis energética en Argentina.
Tras su muerte, el Ejecutivo apuntó la teoría del suicidio, pero la presidenta dio un giro radical después y denunció que se enmarca en una conspiración para desestabilizar al Gobierno.
La investigación, que avanza lentamente, ha confirmado que la bala que mató a Nisman fue disparada a no más de un centímetro, con la pistola sobre la sien y sin terceros en la escena. EFE