Este día de San Valentín, uno tiene la opción de ponerle a una cucaracha gigante de Madagascar el nombre de su ex pareja o de su suegra, así como a algún ser querido dotado de un gran sentido del humor.
El zoológico del Bronx lanzó el programa de ponerle nombre a las cucarachas en 2011. Aparentemente al día de hoy no hay escasez de participantes.
Miles de “románticos” han aprovechado la extraña invitación, dijo el zoológico el lunes.
Cada persona aceptada recibe un certificado por correo electrónico y paga 10 dólares que van a la Sociedad de Conservación de la Vida Silvestre.
El sitio de internet del zoológico incluye una foto glamorosa: una cucaracha de cinco centímetros (2,5 pulgadas) de ancho en medio de pétalos de rosa.
La página dice, como argumento de venta, que una de las características del bicho es su “tolerancia sorprendentemente alta a la radiación”.