La situación humanitaria en Colombia “sigue siendo grave” a pesar de algunos avances conseguidos gracias al proceso de paz con las FARC, por lo que el país necesitará durante largo tiempo asistencia internacional para mejorarla, según un informe divulgado hoy. EFE
El estudio “La dimensión humanitaria tras la firma de los acuerdos de paz: propuestas para la comunidad internacional en Colombia”, analiza la situación del país en el periodo comprendido entre noviembre de 2012, cuando comenzaron los diálogos con el grupo guerrillero Farc en Cuba, y el mismo mes de 2014.
“El conflicto armado sigue generando víctimas”, manifestó el coordinador residente y humanitario de la ONU en Colombia, Fabrizio Hochschild, en la presentación del informe que fue elaborado por el Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH), de España, con el apoyo del Centro Noruego para la Construcción de la Paz (Noref, por su sigla en inglés).
Hochschild expresó su preocupación por cifras contenidas en el estudio, como que entre noviembre de 2012 y septiembre del año pasado al menos 347.286 personas fueron desplazadas en Colombia y 1,4 millones sufrieron “limitaciones de movilidad” por parte de grupos armados en los 24 meses que abarca el estudio.
Ese periodo no incluye el alto el fuego unilateral e indefinido de las Farc, en vigor desde el 20 de diciembre pasado que, según Hoschschild, ha contribuido a reducir la intensidad del conflicto armado colombiano.
“Hay que reconocer que las negociaciones de La Habana han tenido un impacto positivo sobre la situación humanitaria en el país, más desde el cese el fuego de las Farc”, manifestó.
El estudio, que fue encargado por la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) en Colombia, destaca que un acuerdo de paz con las Farc “no significaría automáticamente el fin de todas las violencias”.
Eso debido a que en el país operan otras organizaciones armadas ilegales como la guerrilla Ejército de Liberación Nacional (ELN), las bandas criminales surgidas de los grupos paramilitares y otros resultantes de la desmovilización de estructuras ilegales.
“Las necesidades humanitarias en Colombia seguirán siendo significativas tras la eventual firma de un acuerdo (de paz con las Farc) en el corto plazo”, agregó el coordinador de la Oficina de la ONU, quien pidió “evitar la tentación de disminuir la presencia de la acción humanitaria rápidamente en zonas de conflicto”.
En el mismo sentido se pronunció el embajador de Noruega en Colombia, Lars Vaagen, quien señaló que el “mensaje unánime” de las instituciones que participaron en esta investigación es “que la acción humanitaria no termina con un acuerdo de paz”.
“Una retirada de la ayuda humanitaria de manera apresurada puede afectar a las poblaciones vulnerables e incluso el propio proceso de paz”, advirtió Francisco Rey Marcos, codirector del IECAH y uno de los autores del documento.
Rey citó un estudio del Banco Mundial según el cual el 57 % de los países que tuvieron conflictos armados internos entre 1945 y 2009 “recayeron en situaciones de violencia” por la persistencia de las causas estructurales que motivaron esas guerras.
En ese sentido agregó que las organizaciones humanitarias deberán adaptar su actuación al nuevo escenario que se plantea con la eventual firma de la paz entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) y abogó por el uso del término “postacuerdo” en vez de “postconflicto” porque, según explicó, el conflicto seguirá con otros grupos armados.
“El rol de la comunidad internacional en un escenario de postacuerdo debe al menos mantenerse e incluso incrementarse”, enfatizó el codirector del IECAH.
Rey apuntó puntos clave o “factores críticos” que pueden seguir afectando la situación humanitaria del país.
Entre ellos destacó “la existencia de economías ilícitas” como el narcotráfico, el surgimiento de actores armados que pueden llenar los huecos que dejen las FARC en territorios donde tienen fuerte presencia o el propio modelo de entrega de armas de los guerrilleros desmovilizados.
Por esa razón, el informe plantea el desarrollo de una estrategia “única y coordinada” de la comunidad internacional en materia humanitaria para aprovechar “el conocimiento y el acceso” de estos organismos en zonas donde tradicionalmente han trabajado, así como el fortalecimiento de equipos de respuesta rápida ante agravamientos puntuales en ciertas zonas del territorio.