La lluvia torrencial no detuvo el ritmo de la batería, la samba de esculturales bailarinas semidesnudas ni el desfile de un mar de gente con suntuosos disfraces: en medio de rayos y truenos comenzaron este domingo los desfiles del sambódromo de Rio, apoteosis del Carnaval más famoso del mundo.
Es el momento que millones de brasileños esperaron todo el año para poder olvidar los problemas económicos, la sequía en el sureste y el escándalo de corrupción en Petrobras.
Las celebraciones callejeras han dejado no obstante dos muertos y diez heridos en Brasil. El mayor episodio de violencia se registró en Paraty (sureste), donde un enfrentamiento entre narcos rivales dejó un muerto y nueve heridos de bala.
Otro hombre fue apuñalado en Sao Paulo (sureste) y uno más herido en Salvador de Bahia (noreste) tras una pelea.
– Empapados pero felices –
En el sambódromo de Rio, el público aguanta estoico la tormenta en las tribunas descubiertas, cubiertos de pies a cabeza con impermeables desechables.
Los integrantes de las escuelas tampoco se dejan amilanar por el mal tiempo.
“Para mí el Carnaval es felicidad 100%, buenas vibras. Ya desfilé otros años con agua hasta la rodilla; la lluvia no nos aguará la fiesta “, dijo a la AFP Flavio Castanheira, un publicitario de 37 años que cargaba enormes remos dorados en un apretujado metro para desfilar con la escuela de samba Salgueiro.
“La lluvia no me molesta, por el contrario, nos anima, nos hace sacar la garra. Además estaba haciendo mucho calor”, bromeó Cleberson Santos, 43 años, minutos antes de comenzar el desfile de Viradouro, la primera de seis escuelas en presentarse esta noche con el tema de la influencia de la cultura negra en Brasil.
En su desfile participaron figuras del tenis mundial como el español Rafael Nadal, número tres del mundo, que se encuentra en Rio para disputar el Abierto de Tenis.
– Diversión y competencia –
Más de 72.000 espectadores asisten en éxtasis a los desfiles, donde las 12 mejores escuelas de samba compiten durante dos días por el título de campeona del carnaval.
Las escuelas han escogido un tema para el desfile y han invertido millones de dólares para desfilar durante un máximo de 82 minutos por los 720 metros de la “avenida Sapucaí”, como se llama a la pista del sambódromo, diseñado por el fallecido arquitecto Oscar Niemeyer.
Este lunes será el turno de otras seis escuelas. Las imágenes son retransmitidas a millones de telespectadores de todo el planeta.
– Sexo desenfrenado –
La gran promesa de este primer día puede ser Mocidade Independente, que no gana desde hace 18 años y que contrató a un director de carnaval varias veces campeón, Paulo Barros, para dirigir su desfile.
Su tema es “¿Qué haría usted si el mundo fuera a acabar y le queda solo un día?”: ¿ir de compras? ¿pasarse el día en el gimnasio? ¿o librarse a 24 horas de sexo desenfrenado sin usar preservativo? Tras escenas de apocalipsis y del fin del mundo, la escuela recomienda hacer lo que a uno se le ocurra y no perder la alegría.
Los detalles de los desfiles se guardan en estricto secreto, pero en uno de los enormes carros de Mocidade habrá unas 50 personas simulando sexo explícito hetero y homosexual, en parejas y en grupo, según el diario O Globo.
Mangueira rendirá homenaje a la mujer brasileña, Salgueiro a la deliciosa comida de Minas Gerais (sureste), Grande Rio a la baraja y Vila Isabel al maestro brasileño Isaac Karabtchevsky en un desfile que mezclará samba con música erudita.
Cada escuela desfila con entre 3.000 y 5.000 participantes con exóticos y pesados disfraces, divididos en varias alas y roles, como las bahianas, las pasistas, o la batería de cientos de percusionistas, que tienen su propia reina.
El miércoles se anunciará a la escuela ganadora.
De forma simultánea, en las calles, más de cuatro millones de cariocas y 977.000 turistas festejan en numerosos carnavales callejeros marcados por la cerveza, la samba y el sentimiento de que todo está permitido.
Hay vaqueros de chaleco y botas rosadas, hombres de piernas velludas vestidos de Blancanieves y jóvenes disfrazados de bebés, con solo un gran pañal y un inmenso chupete en el que cargan cerveza. Hay negras disfrazadas de geishas y hasta un Jesús en tanga.
por Javier TOVAR y Laura BONILLA/AFP