Quieren aparentar fortaleza para disimular su debilidad. Hay significativos rasgos de desesperación en sus acciones. Sus movimientos son torpes. Su comitiva se reduce. Los desaciertos trascienden nuestro ámbito. Una pequeña muestra fue la reunión con las empresas españolas. Piensan que pueden presionar y chantajear como hacen aquí con medios de comunicación y empresarios. Sus aliados internacionales ahora sí perciben su naturaleza. Por aferrarse al poder les exaspera la posibilidad de una derrota. Sienten que se están “jugando a Rosa Linda”.
No, no son precisamente trapos rojos, mas bien son trapos sucios. No aciertan quienes valoran cada uno de sus actos como “potes de humo”. No todo sus actos son para ocultar situaciones, en muchos casos obedecen a cálculos de una estrategia perfectamente diseñada. Aunque muchas acciones no sean cristalinas, optan por la opacidad en vez de la transparencia, se mueven en aguas turbias y tumultuosas. La guerra sucia es un arma privilegiada de su arsenal. Están dispuestos a todo a fin de conservar su dominio y privilegios. No han ordenado al CNE establecer la fecha de las elecciones por no tener certeza de cual podría serle más conveniente. Incluso no descartan la suspensión de los comicios, la escalada represiva actual puede serle útil, llegado el momento para decretar Estado de Excepción y así justificar “legalmente” tal despropósito.
La política no es la ciencia de la certidumbre, en cualquier momento surgen imprevistos. Muchas veces la realidad no se acopla a nuestros deseos. No se resuelve nada con pretender evadirla. Lo cierto es que este año debe haber elecciones donde estará en juego el poder. Sería tan erróneo dedicarnos exclusivamente a esa coyuntura, como el pretender ignorarla. Hay que actuar en los distintos escenarios y muchas veces simultáneamente. También esa es una exigencia característica de la lucha social y política.
Las fuerzas democráticas, al enfrentar la escalada represiva expresada en la prisión de Ledezma y el resto de planes del gobierno, tienen que actuar con mucha firmeza, también con mucha serenidad. La desesperación no es buena consejera y peor acompañante, en el pasado hemos tenido tristes experiencias, incluso hace ya más de una década al transformar una victoria en una derrota humillante. La diversidad y el debate en el campo democrático no son cónsonas con la descalificación, la agresión y el insulto. Hoy más que nunca es necesario estar unidos para enfrentar la nueva escalada represiva. Hay que evitar la polémica innecesaria y estéril en nuestro propio territorio. Quienes pretendan persistir en algunas conductas anti unitarias le hacen un flaco servicio a la causa democrática.
PD: Esta es mi última columna en Tal Cual, diario que como proyecto marcó pauta y como experiencia seguramente será retomada en mejor hora. Por lo pronto es propicio recordar con Ibsen: “Sólo lo que se pierde es adquirido para siempre”. Esperamos que Tal Cual en su formato semanal cumpla con el sueño de su fundador, como expresión del periodismo libre y a la vez comprometido. Mi gratitud a Teodoro, Fernando, Xavier y Gloria por posibilitar durante un par de años esta claraboya semanal.
Luis Manuel Esculpi