Después de la muerte de Boris Nemtsov, muchos interrogantes se han abierto sobre la tolerancia del gobierno de Vladimir Putin para con los opositores o críticos. Periodistas, empresarios, activistas y, ahora, hasta viceprimer ministros, podrían ser todos víctimas de una política de Estado.
Aunque desde el Kremlin calificaron el crimen de Nemtsov de “provocación” y ordenaron que se investigue el caso, las dudas en torno a su muerte siguen apareciendo. El líder opositor iba a encabezar este domingo una manifestación contra la guerra en Ucrania, pero fue asesinado por la espalda desde un automóvil cuando paseaba en pleno centro de Moscú.
Aquí, la lista de los otros casos
Boris Berezovski
El abogado, gravemente enfermo, murió en condiciones penosas en la celda de una cárcel en noviembre de 2009 sin recibir ayuda médica. Había sido detenido de forma preventiva por supuestos delitos fiscales después de que lanzara graves acusaciones de corrupción contra algunas autoridades rusas. Defensores de derechos humanos y familiares de Magnitski aseguran que el abogado fue torturado antes de morir. Nadie fue acusado por su muerte. En 2013, un tribunal le declaró culpable, de forma póstuma, de fraude fiscal.
El cadáver de esta activista por los derechos humanos es hallado en julio del 2009 en el norte del Cáucaso con varios impactos de bala. Miembro de la organización Memorial, era una reconocida luchadora por los derechos humanos de esa región del Cáucaso que se había ganado el odio de Moscú con sus informes críticos del Kremlin sobre la desaparición de civiles de Chechenia.
El ex agente de seguridad ruso murió en noviembre de 2006 en un hospital de Londres. Había sido envenenado con una sustancia altamente tóxica, conocida como polonio 210. En su lecho de muerte responsabilizó de su asesinato a Putin, pero el Kremlin rechazó la acusación. Livinenko se había enemistado con el Kremlin, por lo que decidió emigran al Reino Unido, donde más tarde trabajó también para el servicio secreto británico M16.
La periodista, muy crítica con el Kremlin, fue asesinada el 7 de octubre de 2006 en su apartamento en Moscú. Politkovskaya había informado desde Chechenia para el periódico opositor Novaya Gazeta sobre violaciones de los derechos humanos cometidas por fuerzas de seguridad rusas y chechenas. El asesinato desató una ola de indignación internacional. En 2014, un tribunal de Moscú condenó a varios años de prisión a cinco hombres por el crimen. Sin embargo, hasta el día de hoy no han sido identificados los autores intelectuales del asesinato.
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