Seis horas de terror quedaron resumidas en “una espantosa pesadilla” que perdurara por años en la memoria de nueve integrantes de una familia que fueron víctimas del ataque de un “desquiciado”, publica Panorama.
Cinco mujeres, dos hombres y dos niños compartían en su casa, ubicada en el barrio Bajo Seco, parroquia Carracciolo Parra Pérez de Maracaibo, cuando Yender Javier Fuenmayor Olivares, de 31 años, aprovechó que el portón estaba abierto e ingresó a robar, a las 8:00 de la noche del pasado domingo.
“Pensé que era un robo común y corriente, pero el delincuente dijo: ‘Entren a la casa que esto se va a poner mejor”, contó una de las víctimas bajo el anonimato.
La mesa con pasapalos quedó servida, mientras Yender, quien era activamente buscado por el asesinato de Meiglin García (perpetrado el pasado 28 de noviembre, en un hotel de la vía que conduce a La Concepción) obligaba a la familia a encerrarse en una de las habitaciones de la humilde vivienda.
“Parecía loco. Por momentos se quedaba tranquilo, pero de pronto bailaba y cantaba. Es un desquiciado. Nos apuntaba a todos y juraba que iba a matarnos. Incluso, un tiro se le escapó y perforó el techo. Nos obligó a ingerir licor y a fumar a todos ”, narró la mujer.
Yender obligó a entrar a los dos niños, de cinco y nueve años, a un pequeño compartimiento del clóset de la habitación. Mientras, las agresiones contra los familiares continuaba. “A mi hermano lo atacó con un cuchillo, lo golpeó con la cacha de la pistola en la cabeza y le dio una patada en la cara que le partió la nariz”, aseveró.
El delincuente obligó a una de las víctimas a traerle un cuchillo y con el arma rompió el colchón. “Toda su ira”, recordó la víctima, “la descargó con el colchón. Sentado, fumando y bebiendo cerveza decía que había matado a 14 personas y juraba que uno de nosotros iba a ser el muerto número 15”.
Su advertencia fue terrible: “Me empastillé —drogué— y voy a matarte a vos y a tu madre. Ustedes no saben quién soy yo. Yo soy malo, soy de la banda que tiene un reo del pabellón B del retén El Marite”.
Durante las seis horas que estuvo allí contó a sus víctimas que se crió en la calle y conoció a su madre cuando tenía 14 años.
“Ya desvanecido, imagino que por la droga y el licor, quiso llamar a unos compinches, pero no pudo. Mi esposo logró golpearlo y desarmarlo. Pedimos ayuda a los vecinos y a la policía. Gracias a Dios no ocurrió una desgracia”, puntualizó la mujer.
Yender Fuenmayor fue detenido por funcionarios del Cpbez y presentado ayer, ante los tribunales.