Las relaciones entre Uruguay y Venezuela se tensaron repentinamente en las últimas horas con la dura reacción del gobierno de Tabaré Vázquez a un inesperado ataque de Nicolás Maduro al vicepresidente uruguayo, Raúl Sendic. El incipiente enfrentamiento es la primera grieta que se abre en la región por las sanciones norteamericanas a Caracas, así lo reseñó La Nación
Por Nelson Fernández | Corresponsal en Uruguay
El diferendo se dio luego de que el presidente venezolano, Nicolás Maduro, calificara de “cobarde” a Sendic. La administración Vázquez reaccionó de inmediato con una condena pública y una acción diplomática.
El nuevo presidente uruguayo no toleró el insulto. Cuando era presidente, José Mujica decía que había que comprender las expresiones de Hugo Chávez o Maduro dentro de un “estilo caribeño”. Pero Vázquez, que ya mostró varias diferencias con su antecesor en los últimos días, también se distanció de esa postura.
El embajador venezolano ante Uruguay, Julio Chirino, fue convocado ayer mismo a la cancillería y no se lo recibió como amigo. Fue un estricto planteo diplomático para manifestar el “malestar ante las declaraciones” de Maduro, las que se calificaron como “inamistosas”. Y en un anuncio público Uruguay dijo que los dichos de Maduro “afectan no sólo a la persona a la que están dirigidas, sino a la investidura que representa y a la institucionalidad que la respalda”.
El embajador de Venezuela se sorprendió con la reacción uruguaya, dijeron fuentes del gobierno luego del encuentro en el Palacio Santos. Él lo quiso llevar a “un diálogo de hermanos”, pero el nuevo canciller uruguayo, Rodolfo Nin Novoa, le dejó en claro que el caso se trata de “relaciones diplomáticas” y deben abordarse en ese ámbito y en esa formalidad.
El golpe uruguayo al gobierno bolivariano sacó a la luz que ya no hay tolerancia a desbordes del estilo que impuso Hugo Chávez, y que Venezuela no puede invocar el respaldo de América del Sur en su conflicto con Estados Unidos sin medir sus acciones y dichos. Uruguay es, de todas maneras, el primer país que no se muestra indeclinablemente al lado de Caracas en esta crisis diplomática.
El diferendo se originó por declaraciones de Sendic que disgustaron a Maduro. Curiosamente, el vicepresidente uruguayo es uno de los amigos de Venezuela.
Por un lado, Chávez lo vio como un heredero político del movimiento que a inicios de los años 60 fundó su padre: el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T). Tiene su sangre, su nombre y apellido y se le parece. Y además es visto como presidenciable.
Por otro lado, Sendic presidió la empresa petrolera uruguaya Ancap y el flujo de negocios con la venezolana Pdvsa fue permanente y amistoso.
Maduro mantenía trato directo con Sendic, tanto que lo llamó a su propio teléfono celular la noche del 30 de noviembre para felicitarlo porque había sido elegido vicepresidente y para pedirle que le pasara con Vázquez, así era el primer mandatario extranjero en saludarlo.
Pero la semana pasada, luego de que él asumiera como vicepresidente, la prensa local consultó a Sendic sobre la situación venezolana y la denuncia de Maduro sobre supuesta injerencia norteamericana.
“Nosotros no tenemos elementos para acompañar esa afirmación, pero sin dudas que es un proceso que a todos nos tiene preocupados y lo vamos a seguir mirando con mucho cuidado.”
Y también tomó distancia de la confrontación entre Maduro y la oposición venezolana. “Los procesos en América latina, que han ido transformando el continente, tienen que tener siempre un espacio de diálogo, como lo hemos hecho en Uruguay, que tenemos un espacio de diálogo permanente con todos los sectores políticos”, concluyó.