Dos de los periódicos más influyentes de Brasil, Folha de São Paulo y O Estado de São Paulo, se opusieron hoy a la tesis de abrir un juicio político con miras a la destitución de la presidenta Dilma Rousseff, como demandan algunos convocantes de las manifestaciones de este domingo.
Ambas cabeceras, de tendencia opositora, dedicaron sus editoriales de hoy a las manifestaciones contra el Gobierno convocadas en decenas de ciudades para este domingo y coincidieron en negar que existan argumentos legales suficientes para solicitar la destitución de Rousseff.
En un editorial titulado “Demasiado pronto o tarde”, el diario Folha de São Paulo desmonta los dos argumentos que esgrimen quienes defienden la destitución de la jefa de Estado: el gran caso de corrupción que la Policía investiga en la petrolera Petrobras y las impopulares medidas económicas que ha tomado su Gobierno.
Según Folha, “no hay pruebas” de que Rousseff cometiera delitos o abusara de su poder en Petrobras y el rotativo también consideró que un cambio de gobierno no significaría alteraciones en el plan económico de austeridad, adoptado por el Ejecutivo para sanear las cuentas públicas, que están en rojo.
Por ello el diario, el generalista de mayor tirada nacional, defendió que “prevalezca la legitimidad del voto popular” en las elecciones del pasado octubre.
Por su parte, O Estado de São Paulo indica que un presidente solo puede ser depuesto por cometer un ilícito durante su mandato y aseguró que eso está “lejos de ser probado” en el caso de Rousseff, por lo que abogó por que “no es la hora de una destitución”.
No obstante, defendió la legitimidad de los procesos de destitución y negó que se traten de un “golpe” o una “tercera vuelta electoral”, como sostiene el Gobierno.
La posibilidad de la apertura de un juicio político con miras a la destitución de Rousseff se ha tratado abiertamente en la prensa y en los medios políticos desde poco después de las elecciones de octubre.
El ministro de Justicia de Brasil, José Eduardo Cardozo, afirmó el sábado que estas demandas carecen “de base jurídica” y responden a una “revancha” de la oposición por “no haber asimilado la derrota” en las urnas.
Las protestas de hoy han sido convocadas a través de las redes sociales por grupos de ciudadanos que aseguran no tener vínculo con partidos políticos, aunque varias fuerzas de la oposición han manifestado su apoyo expreso.
Algunos grupos convocantes abogan por reclamar el juicio político contra Rousseff, aunque otros solo pretenden protestar por la corrupción y la situación económica sin cuestionar la legitimidad del Gobierno.
Sin embargo, una minoría de los convocantes pretende demandar abiertamente que se produzca una “intervención militar” para sacar al actual Gobierno del poder.
Este viernes varios sindicatos y movimientos sociales de izquierdas realizaron manifestaciones pacíficas en 24 capitales brasileñas en apoyo de Rousseff y de la democracia.
La manifestación más numerosa se dio en Sao Paulo, donde se congregaron cerca de 100.000 personas, según cálculos de los organizadores, y poco más de 12.000, según la policía.
Del mismo modo, se espera que la marcha más multitudinaria de hoy ocurra en Sao Paulo, la mayor ciudad de Brasil y donde la oposición obtuvo sus mejores resultados en las elecciones del año pasado. EFE