El ex canciller uruguayo Luis Almagro se presenta este miércoles como único candidato a las elecciones para reemplazar al chileno José Miguel Insulza como secretario general de la OEA, con la promesa de devolver a la organización regional una “credibilidad” que muchos consideran perdida.
Todo apunta a que Almagro obtendrá sin problemas los 18 votos que necesita para convertirse en secretario general durante los próximos cinco años cuando acuda mañana a la Asamblea General extraordinaria de la Organización de Estados Americanos (OEA), en Washington.
Los cancilleres de los 34 Estados miembros de la OEA están convocados a la cita y se espera que asistan, entre otros, los ministros de Exteriores de Panamá, Isabel De Saint Malo de Alvarado; Brasil, Mauro Vieira; Ecuador, Ricardo Patiño; Perú, Gonzalo Gutiérrez; Uruguay, Rodolfo Nin Novoa; y Paraguay, Eladio Loizaga.
Tras la retirada en los últimos meses de los candidatos peruano, Diego García Sayán, y guatemalteco, Eduardo Stein, la mayor parte del continente ha respaldado a Almagro y despojado de intriga la elección del encargado de sustituir a Insulza, que se retirará en mayo después de diez años al frente de la OEA.
El último país en apoyar a Almagro ha sido Estados Unidos, que esperó hasta hoy para expresar su confianza “en la capacidad (de Almagro) para liderar la OEA en la dirección correcta durante su mandato”, según dijo a Efe un portavoz del Departamento de Estado.
Estados Unidos espera que Almagro esté “dispuesto a defender la democracia y los derechos humanos cuando estén amenazados” y a “tomar las duras decisiones necesarias para reformar la OEA y restaurar su importancia en el hemisferio”, afirmó el portavoz.
Almagro, que hasta el mes pasado era canciller en el Gobierno del expresidente uruguayo José Mujica, se ha comprometido a “darle a la OEA una credibilidad que hoy todos reclaman”, tal y como indicó en la presentación de su candidatura el mes pasado.
La única organización regional que reúne a todos los países del continente -con la excepción de Cuba- vive desde hace años una crisis de identidad, especialmente a raíz del creciente protagonismo de otros foros, como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) o la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
Almagro ha apostado por una mayor coordinación con esos foros, en ocasiones más rápidos a la hora de reaccionar ante crisis puntuales, y por impulsar una OEA “ágil, eficiente” y asentada en cuatro pilares: la democracia, los derechos humanos, el desarrollo y el fomento de la seguridad.
Michael Shifter, presidente del centro de estudios Diálogo Interamericano, cree que Almagro enfrentará “retos formidables” como secretario general de la OEA, una institución aquejada de “profundos problemas políticos y de organización”.
“Incluso el secretario general más cualificado del mundo no podría resolver solo esos problemas. Los gobiernos tienen que tomarse en serio a la OEA, y eso incluye a Estados Unidos”, afirmó hoy Shifter a Efe.
Además de sus problemas de presupuesto, la OEA ha mostrado últimamente dificultades para pronunciarse con rapidez sobre temas como las protestas de hace un año en Venezuela o el anuncio sobre la normalización de relaciones diplomáticas entre EE.UU. y Cuba.
Apenas un día después de la previsible elección de Almagro, la OEA volverá a implicarse en uno de esos largos debates cuando la canciller de Venezuela, Delcy Rodríguez, hable el jueves ante el organismo sobre las recientes sanciones de EE.UU. contra funcionarios venezolanos, que ya fueron rechazadas este sábado por Unasur.
Almagro formó parte de la misión de cancilleres de Unasur que visitó Venezuela el año pasado para impulsar el diálogo entre el Gobierno y la oposición venezolana, y “conoce bien” la situación en ese país, por lo que “va a plantear sus ideas” al respecto si es elegido, aseguró a Efe un portavoz de su campaña, Sergio Jellinek.
El excanciller tiene también entre sus objetivos conseguir la reintegración en la OEA de Cuba, suspendida del organismo en 1962 y que hasta ahora se ha negado a regresar a su seno.
La elección del nuevo secretario general, que puede producirse por aclamación (con unanimidad) o por voto secreto, tendrá lugar por la mañana y estará seguida esa misma tarde por una sesión para escoger a su “número dos”, el secretario general adjunto de la OEA.
Los candidatos a sustituir al surinamés Albert Ramdin en ese cargo son los actuales embajadores ante la OEA de Belice, Néstor Méndez; y de Guyana, Bayney Karran; en una carrera “ajustada” y sin un claro favorito, según indicaron fuentes diplomáticas a Efe. EFE