La canciller de Panamá, Isabel de Saint Malo de Alvarado, descartó este miércoles que el roce diplomático entre Estados Unidos y Venezuela provoque nubarrones sobre la Cumbre de las Américas de abril en el país centroamericano. AFP
“Hay que permitir el libre debate de ideas, es parte de la democracia y la mesa está puesta para eso”, dijo de Saint Malo a periodistas en la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Washington.
La canciller panameña, que asistía a la Asamblea General Extraordinaria de la OEA que eligió al uruguayo Luis Almagro como nuevo secretario general del organismo, reconoció que “no es buena noticia para la región que surjan de repente tensiones”.
Pero la cumbre en Panamá, a la que se espera asistan todos los mandatarios americanos el 10 y 11 de abril en Panamá, será un escenario para el diálogo abierto entre los países, subrayó de Saint Malo.
“Estamos esperando que los americanos lleguen a la cumbre a hablar de todos los temas, los retos que enfrentan la región, y los países son libres de abordar el tema que cada uno quiere poner sobre la mesa”, señaló.
Al respecto, el embajador venezolano ante la OEA, Roy Chaderton, no quiso adelantar si el encuentro presidencial en Panamá servirá para reducir las tensiones entre Washington y Caracas.
“No estoy pensando en la cumbre ahora, siempre estamos abiertos al diálogo”, afirmó.
Venezuela y Estados Unidos escalaron aún más su conflicto diplomático, luego de que la Casa Blanca sancionara a siete funcionarios venezolanos a los que señala por violaciones a los derechos humanos.
La escalada diplomática entre Caracas y Washington se produce a la vez que Estados Unidos y Cuba dialogan para el restablecimiento de sus relaciones diplomáticas y cuando el presidente Barack Obama ha pedido al Congreso de su país levantar el embargo que pesa sobre La Habana.
El gobierno del presidente Nicolás Maduro, acuciado por una severa crisis económica, elevada inflación, escasez de productos básicos, recesión y sequía de divisas, ha desplegado una ofensiva diplomática frente a las sanciones impuestas por Washington.
A pesar de las diferencias, Estados Unidos sigue siendo el principal comprador de petróleo de Venezuela, principal exportador suramericano.