No habrá invasiones y el desembarco de los marines quedará como una cursilería más de un régimen fantasioso que no solo ha perdido popularidad sino también el sentido del ridículo. Tampoco es cierto que USA con su decreto sancionando a los funcionarios corruptos que tienen bienes y cuentas en el imperio, le esté lanzando un salvavidas al moribundo régimen cubano-militar. Aquellos que dicen que Obama es prácticamente el jefe de campaña de Maduro, igualmente subestiman al imperio sin ver que el hamponato gubernamental avanza por una ruta sin retorno que lo aleja del sentimiento popular, de las necesidades y expectativas de la población, justamente en la antesala de una contienda electoral.
En efecto, cuando uno pregunta en los barrios y caseríos sobre la amenaza de los gringos, la conspiración del imperio o la inminente invasión yanqui, la respuesta muestra indignación ante un gobierno irresponsable que no se ocupa de sus problemas y está distante de la dura realidad que hoy golpea el estómago de los venezolanos. La victoria de las fuerzas democráticas está garantizada, si el gobierno sigue convocando a marchas antiimperialistas mientras la escasez y la inflación hacen estragos. La oscuridad dentro del túnel explica la caída brutal en la popularidad de la dupla Maduro-Diosdado y su calamitoso gobierno, cuya patética expresión es la insistencia en cadena nacional de las mismas pendejadas contra los gringos, mientras la inseguridad y la crisis hospitalaria enlutan a la nación.
La mejor demostración del fracaso e ineptitud oficialista fue el “ejercicio militar defensivo nacional”: una payasada que solo sirvió para mostrar unos misiles amarrados con mecate, tanques hundidos y demás debilidades del otrora ejército forjador de libertades, además de una lamentable baja y varios heridos, sin que los gringos disparen un tiro. ¡Todo esto mientras las madres no consiguen leche para sus hijos! Es inmoral que en medio de esta honda crisis social, publiquen en el New York Times un comunicado contra el imperio, cuyo costo es tres veces superior al monto destinado por el Ejecutivo Nacional para las personas discapacitadas. El gobierno -más perdido que Aristóbulo en Barcelona- atrapado en sus contradicciones, víctima de su propia incompetencia y corrupción, hoy enfrenta una crisis de liderazgo y legitimidad, sin comprender la angustia de un pueblo que no encuentra respuesta a sus demandas. Ante esta realidad, nuestro compromiso con el cambio pasa por consolidar la unidad, darle prioridad a la agenda social y ganar las elecciones parlamentarias. La ruta está clara…
Richard Casanova (*)
Twitter: @richcasanova
(*) Dirigente progresista / Vicepresidente ANR del Colegio de Ingenieros de Vzla.