Son muchas las denuncias que llegan a la sala de redacción de este medio impreso, pues en esta ocasión indagaremos acerca de las carencias que sufren los habitantes del sector II de Villa Bahía, de la parroquia Unare de Puerto Ordaz. Vanessa Galvis M/ Nueva Prensa Guayana
Juan Gaiza, miembro del consejo comunal del sector II, explicó que el problema radica en los inconvenientes que tienen con el acueducto de aguas servidas, pues los distintos hogares de la comunidad no cuentan con este elemento.
Aunado a ello, detalló que la falta de canales hace a la población sea más propensa a adquirir enfermedades, las cuales son transmitidas por virus que se crean en depósitos de agua en zonas con falta de higiene. Estas son solo algunas de las situaciones que puede acarrear sin contar con la seguridad que estos factores generan, siendo responsabilidad del estado proveer soluciones a esta problemática que cada día se incrementa más y más.
Es importante destacar, que en esta localidad se ubican alrededor de unos 6.000 pozos sépticos, sin contar los de las comunidades cercanas.
“Una vez puesto en funcionamiento mejorarían tanto la zona como la calidad de vida de las familias que aquí residen, brindándoles un mayor bienestar en nuestras condiciones de vida”, acotó, Gaiza.
José Perales, habitante de esta localidad indicó “necesitamos que pauten lo más inmediato las tuberías de aguas servidas en el sector I, II, III y VI”.
Asimismo, señaló que el proyecto tiene más de tres años paralizado y presuntamente para este año iniciará “según los entes gubernamentales”.
“Nuestras casas se surten mediante una tubería artesanal que está instalada desde la planta industrial; es decir, es agua de río que pasa a través de las tubos pero sin ser procesada”, dijo, una residente del sector, Gabriela Yelamo.
Yelamo enfatizó que debido a la carencia que existe de cloacas en el sector, las familias cuentan con pozos sépticos que han generado enfermedades a toda la comunidad.
“Aún no comienzan las lluvias, pero una vez que inicien van a generar que el nivel de los sépticos aumenten y esto produzca un desborde en algunos hogares, por lo tanto muchas familias se ven afectadas por el contacto de heces y otros residuos”, expresó.
Por ello piden a los entes gubernamentales atender esta situación, ya que podría proliferarse y causar estragos.
Contraparte
Sin embargo, la coordinadora del Frente de Mujeres del eje Atlántico, Oritzi Rojas, aseguró que el sector Villa Bahía no cuenta con las redes de cloacas, pero están esperando por la aprobación del proyecto de la planta de tratamiento, la cual estará situada en el sector Santa Rosa.
Por otra parte, Rojas, reiteró que Hidrobolívar ha prestado sus servicios a la comunidad en la medida de lo posible, pues desde hace semanas se comenzaron con la instalación de 5.000 metros de tuberías.
“Una vez culminados los trabajos, se garantizará la matriz de alimentación de agua potable hacia las comunidades asentadas en el eje Atlántico, así como también reforzará el suministro del vital líquido a otros urbanismos, explicó.
Igualmente, informó que las comunidades que requieran del mantenimiento de los pozos sépticos deben pasar una carta por escrito al Ing. Francisco Castillo, conjuntamente con el nombre del consejo comunal, el número de pozos y la dirección exacta donde están ubicados para que lleguen con la maquinaria.
Calles + transporte
Vecinos de la comunidad fundada hace 14 años, reclaman el asfaltado de las vías, pues consideran que “en un país petrolero y en pleno siglo 21, no debería haber ni una sola calle de tierra en la ciudad”.
En las diferentes calles se detallaron unas que están rotas, otras que se dificulta el paso de los vehículos, todas en su totalidad son de tierra presentando un sin números de huecos; pobladores comentaron que una vez iniciada la temporada de lluvia el lugar se convierte en un “río anegado de agua”.
Uno de los residentes de la comunidad José Marchán, dijo que las calles 5, 6 y 7 se encuentran intransitables, sin asfalto, aceras, ni brocales.
“La mayoría de las líneas de carros por puesto se niegan a prestar el servicio en este sector porque temen que las unidades se dañen. Además, cuando llueve, se mezclan el agua y la arena, y todo ese barro se mete en las casas “, agregó una moradora que prefirió permanecer en el anonimato.