Las autoridades alemanas dijeron el viernes que hallaron certificados médicos rotos que demuestran que el copiloto que estrelló el avión en los Alpes franceses sufría de una enfermedad que le habría impedido volar el día de la tragedia.
Fiscales franceses creen que Andreas Lubitz, de 27 años, se encerró solo en la cabina del Airbus A320 de Germanwings el martes y lanzó deliberadamente el avión contra una montaña, causando la muerte de las 150 personas a bordo.
“Fueron confiscados documentos con contenido médico que apuntan a una enfermedad existente y un tratamiento correspondiente por parte de médicos”, dijo la oficina de los fiscales en Düsseldorf, donde vivía el copiloto y hacia donde se dirigía el vuelo estrellado, proveniente de Barcelona.
Los certificados médicos rotos hallados en su casa habrían apartado a Lubitz del trabajo por razones médicas, por un período que incluía el día de la tragedia. Eso respalda la teoría de que Lubitz “ocultó su enfermedad a su empleador y a sus colegas”, dijeron los fiscales.
No se halló una nota de suicidio o confesión, “ni había ninguna evidencia de un contexto político o religioso de lo que sucedió”, agregaron.
Germanwings dijo que el copiloto no entregó un certificado médico de baja por enfermedad que hubiera evitado que volara el 24 de marzo.
En Francia, las autoridades dijeron que recuperaron entre 400 y 600 partes de cuerpos del sitio del accidente. No se hallaron cuerpos intactos y las pruebas de ADN serán la mejor manera de identificar los restos, dijo Patrick Touron, subdirector de la división de investigación criminal de la Gendarmería francesa, a periodistas en el lugar.
Los investigadores buscarán partes de los uniformes para intentar identificar a la tripulación, incluido a Lubitz.
La salud mental del copiloto, y qué sabían Germanwings y Lufthansa sobre ello, podrían convertirse en una cuestión esencial en un caso legal futuro sobre el accidente. En Alemania, los trabajadores deben informar a sus empleadores si no pueden trabajar.
Un hospital en Düsseldorf dijo que Lubitz había asistido al lugar a recibir un diagnóstico el 10 de marzo. No dio otros detalles debido a reglas de confidencialidad de los pacientes, pero afirmó que los reportes de prensa de que la institución lo estaba tratando por depresión eran inexactos.
Reportes de medios germanos sugerían que Lubitz había sufrido depresión en el pasado, y que Lufthansa, matriz de Germanwings, habría estado al tanto de, al menos, parte de esos antecedentes.
El periódico alemán Bild informó el viernes que el copiloto había padecido depresión durante un período en el que interrumpió su entrenamiento hace seis años. El informe señala que Lubitz pasó más de un año bajo tratamiento psiquiátrico.
Lufthansa y fiscales alemanes, que declinaron comentar sobre el reporte, reconocieron que Lubitz interrumpió su entrenamiento en el 2009, pero el CEO de la aerolínea, Carsten Spohr, dijo que no había nada en los antecedentes del piloto que sugiriese que era un riesgo.
“Después de que recibió el visto bueno, regresó al entrenamiento. Aprobó todas las pruebas y chequeos con mucho éxito. Sus capacidades de vuelo eran impecables”, dijo Spohr el jueves.
Citando documentos internos y fuentes de Lufthansa, Bild indicó que Lubitz había tenido depresión y ansiedad y que había sufrido un “grave episodio depresivo” en la época que suspendió su entrenamiento.
Es probable que surjan cuestionamientos sobre los procedimientos que aplica la aerolínea para seleccionar a sus pilotos. Y de confirmarse la información del reporte, Lufthansa podría tener que entregar grandes sumas en reparaciones.
La aerolínea dijo el viernes que pagará una suma inicial de 54.000 dólares por persona a familiares de los pasajeros del vuelo, informó el canal CNBC citando a Dow Jones.
“No siento enojo”
Horas después de que los fiscales franceses divulgaran su teoría de que el accidente fue deliberado, varias aerolíneas cambiaron sus reglas para que haya siempre dos personas en la cabina, medida obligatoria en Estados Unidos, pero no en Europa.
Lufthansa dijo el viernes que aplicará nuevas normas que requieren que al menos dos miembros de la tripulación estén en la cabina del avión en todo momento. El jueves, Spohr había dicho que no veía la necesidad de hacerlo, lo que generó fuertes críticas en medios sociales.
Bruselas anunció que recomendará el cambio de normas en todas las aerolíneas de la Unión Europea, algo más rápido que cambiar la regulación del bloque para imponer la medida.
Robert Tansell Oliver, cuyo hijo de 37 años, el estadounidense Robert Oliver Calvo, murió en el siniestro, dijo que la familia no estaba dispuesta a demandar. Su hijo, padre de dos niños pequeños, trabajaba en una empresa de moda en Barcelona.
“No siento enojo. Siento mucha pena por los padres de ese joven piloto. No puedo imaginarme lo que están viviendo en este momento”, dijo Oliver afuera de un hotel cerca del aeropuerto de Barcelona donde se han hospedado familiares de las víctimas.
“Acto suicida”
El viernes, el primer ministro francés, Manuel Valls, pidió paciencia pero dijo que la aerolínea alemana tenía la obligación de compartir toda la información que tuviera sobre Lubitz con los investigadores.
“Tenemos que esperar al final de la pesquisa. Debo ser cuidadoso cuando se trata de una investigación judicial, pero todo apunta a un acto criminal, loco, suicida que no podemos asimilar”, dijo Valls al canal francés iTELE.
Personas que conocieron a Lubitz en Montabaur, donde nació, dijeron que era un hombre amistoso, pero callado, que aprendió a pilotar planeadores antes de pasar a la aviación comercial como copiloto en Germanwings en 2013.
No obstante, un amigo de Lubitz que lo conoció hace seis años y que volaba con él en la escuela de vuelo, dijo que en el último año se había vuelto muy retraído.
“Volar era su vida”, dijo la fuente, que accedió a conversar con Reuters sobre el estado psicológico de Lubitz a condición de anonimato. “Siempre solía ser un compañero callado, pero en el último año eso empeoró”, agregó.
Reuters