La fe de un país no se encuentra en la celebración del rico y famoso. Se encuentra en el reconocimiento y la asistencia de todos por igual. Todos somos el país.
La fe no se encuentra en grandes reuniones, se encuentra en los hogares, en las escuelas y en el corazón de cada individuo dispuesto a hacer la diferencia en el trato, en el respeto y en el amor.
La fe en una Nación se encuentra en la handera y su historia, pero además se encuentra en el amor, la compasión, la bondad, y la generosidad de cada uno de los ciudadanos.
Que la fuerza de Dios Todopoderoso, y la Santísima Virgen María, nos colme de esperanzas para que en esta conmemoración de la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, vivamos la reconciliación y la fe al lado de nuestros seres queridos.