Los presidentes de Venezuela y Ecuador, Nicolás Maduro y Rafael Correa, respectivamente, que clausuraron hoy la “alternativa” Cumbre de los Pueblos, celebraron la presencia “histórica” de Cuba en la reunión de jefes de Estado del continente y denunciaron una vez más la injerencia estadounidense en América Latina.
“Me ha tocado enfrentar todas las formas de desestabilización. A la CIA se le acabaron las páginas del manual”, dijo Maduro en el Paraninfo de la Universidad de Panamá.
El presidente venezolano celebró el apoyo que recibió de sus colegas en la VII Cumbre de las Américas, quienes rechazaron el decreto emitido por Estados Unidos declarando a Venezuela como amenaza para su seguridad nacional.
“Los asesores de (el presidente de EE.UU., Barack) Obama le recomendaron el decreto más nefasto, infame, inmoral (…) Hoy quedó claro, hoy vemos cómo creció la ola de la verdad (…) Presidente Obama deje el decreto y deje a Latinoamérica y al Caribe”, afirmó el mandatario venezolano.
Maduro acabó su discurso recordando el golpe de estado que tal día como hoy hace 13 años intentó derrocar al fallecido presidente Hugo Chávez.
Se esperaba la presencia del presidente cubano, Raúl Castro, pero al final canceló la cita y envió una carta a las más de 3.500 personas que desde el jueves participaron en esta cumbre alternativa.
Por su parte, Correa celebró la participación de Cuba: “por primera vez estamos todos. Jamás volveremos a ser el patio trasero de nadie”.
Reconoció, como unas horas antes había hecho Castro, que Obama es una persona “honesta”, pero que acercarse a Cuba “no es una favor, es justicia histórica”.
Reconoció además que “el pueblo norteamericano es un gran pueblo lastimosamente dominado por las élites” y recomendó a Obama “aprender de la historia para no repetir los mismos errores”.
“Nosotros aprendemos de la historia, prohibido olvidar las invasiones”, dijo Correa, que aseguró que la declaración a Venezuela como amenaza es “una payasada” que no pasó “hace un siglo. o estamos hablando del pasado, estamos hablando del presente”.
El presidente de Ecuador defendió que de lo que se trata es de respetar el derecho internacional y que EE.UU. preocuparse de los derechos humanos “en su país”. EFE