El término nail-houses o “casas-clavo” se refiere a aquellas propiedades ubicadas en medio de otros edificios o nuevos desarrollos, donde esta casa, casi siempre en ruinas o con rastros de un importante deterioro, permanece como símbolo de resistencia contra el gobierno con la economía con mayor crecimiento en el mundo.
Estas casas o edificios pertenecen a personas que se niegan a vender o entregar su propiedad ya sea porque están en contra de esa idea de evolución y así demuestran rebeldía o resistencia, o porque simplemente el dinero que les ofrecen no es suficiente para hacerse con una nueva propiedad donde vivir.
Poniendo las cosas en contexto, tenemos que durante el comunismo no existía el concepto de propiedad privada, por lo que si el gobierno quería, simplemente podía expropiar una propiedad sin la obligación de darle un centavo al dueño dejándolo literalmente en la calle. Pero hace algunos años estas leyes cambiaron en favor de los dueños de propiedades, por lo que al día de hoy es ilegal demoler o expropiar una casa o edificio sin antes haber llegado a un acuerdo legal con el propietario.
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