Alberto Franceschi: La Calma Chicha Presagia La Tempestad

Alberto Franceschi: La Calma Chicha Presagia La Tempestad

thumbnailalbertofranceschiAnte la necesidad de una ruptura política institucional fundamentada en el hecho  que entramos en un verdadero  “Estado de Necesidad” es decir de emergencia histórica,  donde decidimos  si seguimos existiendo  o no como república, nuestra mirada llena de angustia y nuestro mensaje  se dirige  a las FFAA, para exigirles su concurso para, mediante una ruptura militar contra el régimen, establecer una Junta Civil Militar de Transición  que nos devuelva la paz y el orden,  empecemos a plantear  de frente los temas esenciales para nuestro destino inmediato como republica liberada de hampones y populistas depredadores de bienes públicos.

Ya son demasiados, la mayoría diría,  los inconscientes que existen cuyas opiniones  son dominantes en el ideario público  de nuestro  país,  que no quieren enterarse que Venezuela, de hecho, empezó a hacerse  inviable como nación civilizada,  si es que continuara el chavismo en el poder y ello en razón de que  habría primado,  como eje  “ordenador “ de todas las relaciones  sociales, al interior del territorio que ocupamos  transitoriamente,  el suicidio de sus elites,  por cuanto es un hecho que han venido sumándose o rindiéndose ante la barbarie,  que se cubre de “estatista-socialista”  para mantenerse en el poder delincuencial de estado-forajido.

Lo que ahora es una realidad inocultable es que este Estado chavista,   expresa la tiranía de  las mafias que controlan todos los resortes de la vida social,  empezando por el sistema de control territorial,  donde se pacta de hecho  la división por áreas de sojuzgamientos violentos de  hamponatos, que las delimitan de forma precisa, para ejercer  dominio o reclamos en litigios,  llámense Colectivos, Frentes FARC o capitostes policiales y militares, que  ya asumen  derechos de abuso sobre el aparato productivo, o áreas de poblaciones determinadas,  sometidas a los caprichos de la vorágine lumpen rojita, que quiere atragantarse, en el menor tiempo posible, de riquezas y es eso lo que se llama control de las mafias, sean estas  financieras, militares de zonas mineras, aduanas, recepción de impuestos, administración de divisas, áreas  burocráticas del sector estatal y  partidistas en especial la del PSUV.





Un subproducto de este mismo sistema de control mafioso es la ideología que los que están dispuestos a  mantener  en vida artificial, por vía mediática y de las clientelas opositoras  que se conforman con las migajas, la creencia según la cual  esto tiene  una salida  distinta  a la necesaria confrontación que supone la sobrevivencia de uno de los dos polos excluyentes por definición.

O prima el chavismo bárbaro agenciando toda clase de intereses bastardos antinacionales,  imponiéndose como amorales que son,  mediante  toda clase de trampas,  que animan su siniestro dominio político mafioso sobre el conjunto social,   o se impone la irrupción absolutamente necesaria  del polo civilizador , que deberá conquistar por la fuerza  la primacía sobre estos bárbaros,  si es que queremos aun sobrevivir como república  sobre este territorio que  está a punto de conocer su lógica  fragmentación,  por cuanto la misión del chavismo desclasado o más bien lumpen desde el poder es el reino del hampa política y social,  así se vistan con ropajes de  igualitaristas, socialistas, progresistas etc cuando en realidad solo son liberticidas.

No hay debate posible  que pueda contra” las razones” del lumpenaje  social. El hampa no es civilizada, es la antítesis de la vida civilizada, y su dinámica disolvente y terrorista esta signada por el deseo de reinar en medio del pánico general y eso lleva al dilema: O se le confronta  hasta reducirlos a la mínima expresión o nos convertimos todos en vasallos de su imperio de horror. La única otra alternativa es regalarles el país  y marcharse a los países que puedan acogernos para tener derecho por lo menos al pan amargo del exilio.

Quien crea que Venezuela tiene una salida distinta a este  proyecto elemental de poner orden  en esta siniestra  parodia de país, de democracia y de economía,  entonces es que no ha entendido nada o es parte beneficiada del festín,   así sea como parte de ese decorado ridículo de  los apaciguadores  de oficio, de los apagafuegos, de los dialogantes,  de  los negociadores de aperturas, etc.

El gobierno de Maduro y sus mafias del PSUV,  mantenidos en el poder por la mafia militar,  descansa en la “legitimidad” que les da el adorno “democrático” proveniente de  los estafadores  de la MUD,  quienes piden diariamente lealtad a esta constitución chavista,  que es la base jurídica de este estado-forajido.

Ya es hora de que caigan todas las máscaras. En Venezuela no hay democracia y  no debe “regalarse” de nuevo  mientras no tengamos una preparación suficiente para ejercerla,  porque después de esta tragedia de los últimos décadas, no puede aceptarse continuar la tiranía de las mafias,  ni  puede volver a entregarse  la autoridad del Estado para ejercer la  manipulación de grupos de poder económico, o representando  elites políticas clientelares,  o intereses de potencias de cualquier tipo que trafican con esos postulados , para legalizar su presencia dominante o influyente sobre nuestro territorio.

Nuestro pueblo ha demostrado que es fácil presa de demagogos,  su madurez  semeja la de  personas adolecentes, atribuladas por fantasías, frustraciones,  caprichos o voluntarismos  nacidos de quimeras y de sueños. Creo  que no puede admitirse por un tiempo hacer valer igual el voto de un beodo inculto y de vida casi animalizada  sembrando hijos a  incautas jovencitas a las que hace depender de su dinero fácil mal habido, o de sus atributos físicos superficiales,  que el sufragio esperanzado y consciente de una maestra de escuela, esforzada madre de familia, que levanta un cuadro de hijos con su pareja de iguales valores,  con una moral  plena de sacrificios, carencias y así cultores del ahorro y  generando día a día buen ejemplo para su familia, sus alumnos y su comunidad.

Coloco este ejemplo en el vértice de un nuevo enfoque  sobre nuestro destino político inmediato,  porque debemos ser capaces de edificar de nuevo un Estado donde primen los valores inherentes al orden social, a la familia al respeto a las personas preparadas para  ejercer funciones públicas, magistraturas etc.  Una sociedad productiva debe comenzar por valorar el trabajo el salario digno, la propiedad privada  el libre ejercicio de profesiones y oficios, etc.

EL nuevo Estado venezolano, pésele a quien le pese, deberá estar asociado a los intereses globales de las naciones  de Occidente y particularmente de la democracia de Estados Unidos  que serían nuestra garantía para evitar  volver hacer en este charco  de excremento político que significa  la rochela de los populistas de toda laya alineados con el simplismo de unos supuestos intereses  latinoamericanos ,que  no son genuinos mientras solo representen las complicidades de las elites políticas venales, que vienen siendo apenas cabrones de la tiranía castrista cubana.

Muchos compatriotas sobre todo en el exilio han perdido  las esperanzas de una pronta sacudida que dé al traste con el régimen  putrefacto venezolano. Quizá  tengan razón pero soy de los que creo firmemente que esta calma chicha solo presagia  la inminencia  de una enorme tempestad, creativa por supuesto, aunque pase por una  fase  de confrontación necesaria que limpie el panorama. En el nuevo estado debe desaparecer la figura del político como equivalente a ladrón. Por allí empezaremos.