Hasta 1999, ésta era una de las zonas
más prósperas y ricas de Venezuela.
Miles de trabajadores, técnicos y profesionales
venezolanos transformaban hierro, acero, aluminio y muchos otros insumos nacionales
en productos de uso y de consumo dentro
y fuera del país.
Todo eso acabó.
Llegó una era en la cual los dirigentes confundieron revolución con destrucción.
En vez de animar,
castigaron con normas, abusos, invasiones,
estatizaciones forzosas, manipulación de los
trabajadores, negación de divisas a los
empresarios grandes, medianos y pequeños.
Casi todos los industriales de Valencia
tuvieron que cerrar.
Pero no fueron sustituidos por nada.
La solución sociochavista fue simplemente
el abandono.
La gran zona industrial de Valencia
pasó de generador de riqueza y progreso,
y de miles de empleos,
a un desierto de pobreza y desánimo.
La muerte de un sueño que pasó
de muy activo y prometedor,
a una pesadilla de soledad y abandono.
Hoy en día los venezolanos vivimos en colas y angustia en busca de vencer la desafiante escasez generada por las siempre equivocadas políticas castro-maduristas, que nos han llevado a ser mas dependientes que nunca de los pedtrodolares. Las otras fuentes de ingresos,
Dólares incluidos, como la que fuera la exitosa
Zona Industrial de Valencia, han sido simplemente destruidas en beneficio de los extranjeros que exportan a Venezuela con altisimas ganancias y en menoscabo de la industria nacional, que agoniza.
Venezuela nunca fué así, y la que nos prometieron en revolución se fué convirtiendo en una gigantesca fachada, una vitrina resquebrajada en base a una propaganda socialista que sólo busca ocultar lo que los venezolanos vemos y sufrimos todos los días.
Por eso el único camino a seguir es el empeño
de cada venezolano, sea de la ideología que sea,
para rescatar el respeto a la propiedad, la fortaleza insospechable del estado de derecho,
el reconocimiento al esfuerzo personal
para seguir los pasos de Bolívar y nuestros
libertadores en coraje, voluntad, esfuerzo
personal y respeto a cada individuo,
para que todos nos reconciliemos en la
solidaridad y el compartir la lucha por el país
sin permitir que nos propongan odios que nos
separen.
Con la plena convicción de que en la unión
está la fuerza.
Carlos Lozano
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