Más de la mitad de las fábricas de pantalones de bluyín que laboraban en el municipio García de Hevia, estado Táchira, han parado sus maquinarias desde el año pasado a raíz de la escasez de insumos como tela, hilo, botones y hasta falta de personal. Los fabricantes de pantalones aseguran que la poca materia prima, que se consigue, deben comprarla a precios exagerados, además no les entregan facturas que les permitan justificar el costo del producto final. Anggy Polanco/ Diario Los Andes
Al respecto, Oscar Santiago, quien era uno de los principales fabricantes de pantalones de la zona, hasta hace casi dos años, dijo que a todos les está afectando la falta de insumos, y los rubros que encuentran se los venden a consiguen a precios exagerados.
Explicó que la materia prima tienen que traerla desde Colombia porque en el territorio nacional no la hay, y debido a la estructura de precios se les hace imposible comprarla sabiendo que las facturas que les dan en el vecino país no sirven en territorio venezolano, además corren el riesgo que la mercancía se la decomisen al traerla.
Adicionalmente, las lavanderías que hacen los procesos de prelavado no están laborando porque no tienen químicos, por lo tanto no emiten facturas porque los productos los traen con sobreprecio de Colombia, y no tiene como respaldar los costos, refirió el empresario.
Recalcó que en La Fría ya hay lugares donde venden insumos sin facturas porque no pueden justificar los precios colombianizados, entonces el fabricante no puede armar una estructura de costos y no tiene cómo decirle al Gobierno que el pantalón tiene cierto valor, si no tienen constancias de la inversión.
Manifestó que se debe retomar la producción de materia prima, pues recalcó que dónde están las fábricas de algodón y colocó como ejemplo que un carreto de hilo que lo compraban el año pasado en 25 bolívares, hoy por hoy, cuesta mil bolívares, y no es de la misma marca, “ahora solo se consigue hilo chino que se parte a cada rato”. Explicó que pudieran trabajar con telas chinas tipo B o C, entonces venderían un pantalón de mala calidad que se estira o se encoge a la primera lavada.
No hay mano de obra
Señaló que hay un factor grave que está sucediendo, y es que no hay mano obra de obra, porque en la frontera la mano de obra está en los negocios ilícitos, expuso que en su fábrica los trabajadores ganaban el triple del sueldo mínimo, pero aun así eso no se compara con el margen de ganancia que les deja a las personas las practicas de contrabando.
A media máquina
Son pocas las fabricas pantalones que aun sobreviven en la localidad, cada una de ellas sacaba entre 600 y 1000 bluyines en la semana, por cuanto, los fabricantes de la zona coincidieron en que la producción bajó un 100 %.
Las pocas fábricas están trabajando con 300 metros de tela, cuando anteriormente se cortaban hasta 1000 metros. No hay tela, ni siquiera la nacional, dijo Santiago. “La tela nacional Yentex, de Telares de Maracay era una tela tipo A, la cual no aparece, por cuanto se desconoce si es que la están exportando, o no hay algodón. Pasamos de ser fabricante a comprarle a los pequeños fabricantes”, expresó.
Controles
Indicó que como tienen vitrinas llamativas, las instituciones que están controlando los precios a los grandes fabricantes, sin percatarse que existen talleres satélites en los barrios que fabrican y les venden a los buhoneros, quienes no facturan, no pagan impuestos, no tienen máquina fiscal, no pagan energía eléctrica, no tienen un aire acondicionado para que el cliente se sienta cómodo, no pagan declaración de renta, ni impuesto a la Alcaldía, no pagan catastro, ni ofrecen prestaciones sociales a los trabajadores.
“A uno le da pesar mirar esa maquinaria ahí parada”, expresó el empresario tras un recorrido por el área donde funcionaba el taller.
Asimismo, Hugo Fernando Rubiano, comerciante, explicó que no consiguen insumos, como hilo, cierres, ni telas, entonces deben comprar a precios muy costosos. Señaló que los que les vendían telas ya no lo hacen porque alegan que no hay dólares. Rubiano paró su empresa desde al año pasado. Fabricaba 1000 pantalones mensuales. “Quisiéramos que hubiera otra vez materia prima” dijo.
Año crítico
Para los fabricantes de bluyines comprar 100 metros de tela es cuesta arriba, porque se requieren cerca de un millón de bolívares. Hay muy pocas fábricas trabajando, y varias han cerrado. Desde hace cuatro años ha decaído la producción de pantalones pero los fabricantes aseguran que este año ha sido critico por los precios de la materia prima.
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