En democracia, la confianza es el motor de los procesos electorales. Los ciudadanos votamos porque sabemos que se respetará nuestra voluntad y quien resulte ganador ejercerá el poder conforme a las leyes. Cuando las elecciones se proponen en escenarios no democráticos la situación es distinta. Los ciudadanos no confían en quien custodia su voluntad y, en tal sentido, merma la motivación y el entusiasmo electoral. Frente a esta realidad nos preguntamos ¿Cómo motivar electoralmente ante un escenario adverso?
Cuando se plantean elecciones en entornos no democráticos no hay confianza institucional. Los ciudadanos comunes se preguntan -honesta y oportunamente- por qué el tirano habrá de facilitar el cambio político. En concreto ¿Por qué votar? Experiencias exitosas en otros países nos enseñan cómo transformar la inseguridad institucional en confianza política en el liderazgo opositor. La lógica ciudadana es la siguiente: no confío en quien custodia mi voluntad pero confío en quienes la defenderán con firmeza y sin miedo.
En tal sentido, el gran reto opositor en Venezuela es el desafío de la confianza. Si el liderazgo logra que confiemos en él y en su disposición para la defender los votos con firmeza volverá la ansiada esperanza y el deseado optimismo. Pero la confianza se construye con testimonio y coherencia. No basta con pedirla, hay que ganársela. Por ejemplo, negar el ventajismo electoral o la capacidad fraudulenta del régimen no genera confianza ni estimula al voto. Estas declaraciones siembran suspicacia. Por otro lado, exigir decididamente las condiciones electorales e involucrar a los ciudadanos en esta lucha es un camino real para construir la confianza y hacer creíble el cambio político que desea la mayoría.
En Venezuela el desafío de la confianza es una cuesta pronunciada. La opacidad de los resultados electorales del 14 de abril de 2013 y la actuación de la dirigencia opositora en ese momento frenan la construcción de la confianza en materia electoral. Algunos perciben que faltó firmeza al momento de defender los votos y se preguntan legítimamente si en 2015 existirá la actitud que hizo falta hace dos años. El desafío de la confianza es fundamental considerando la oportunidad real de cambio político que se nos presenta por vía electoral. Sin embargo, esa realidad solo se concretará si el liderazgo político conquista la confianza de los venezolanos y, de esa manera, consigue articular acciones políticas que permitirán la defensa del voto y el ansiado cambio político.
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Paola Bautista de Alemán es Comunicadora Social, mención Periodismo Impreso por la Universidad Católica Andrés Bello en el 2003. Diplomado en Filosofía en la Universidad Monteávila en el 2006. Maestría Ciencias Políticas por la Universidad Simón Bolívar en el 2012. Autora del libro “A Callar que llego la Revolución”