Aunque tengan unas piernas interminables, una figura definida y unas proporciones perfectas, las modelos también son mortales y alguna vez cometen algún exceso. Como Miranda Kerr, que ha conseguido que hasta comiendo se vea sexy. La modelo se relajó después de un importante evento de moda y se lanzó a un sofá, al parecer desnuda para aniquilar el hambre que tenía con una hamburguesa y bastante papitas fritas, sin remordimientos.