Tibisay, permíteme te tutee, pero es que con tantos años en el Consejo Nacional Electoral hasta parece que uno te conoce de toda la vida, obviamente es solo una sensación, porque tú nunca nos dejas de sorprender y no hablo de tus cambios de looks en cada elección, sino de tus decisiones. Me imagino sabes que de tus decisiones, mejor dicho, de las decisiones que transmites, depende la paz de Venezuela, sobre todo en un país donde al ciudadano se le han venido arrebatando todos los espacios de expresión libre y prácticamente nos quedan solo votaciones.
Tu Tibisay, siempre cuidando tu impecable pronunciación, últimamente has descuidado tu imagen de mujer imparcial, recta e independiente que en principio quisiste mostrar. Es que no hay nada más cierto que aquel dicho que dice “Toda escoba nueva barre bien”, pero lo que tu barriste en los últimos meses fueron las formas. Ya no guardas las apariencias, tu reelección al frente del CNE tenía un objetivo y lo has venido cumpliendo a cabalidad.
Hasta el poco feliz Jorge Rodríguez lucia más ecuánime que tu al frente del máximo órgano electoral, ni hablar de Francisco Carrasquero, el recordado hombre de la “tramparencia”, quien al menos no salió directo al gabinete como Rodríguez y se fue al Tribunal Supremo de Justicia a desempeñarse como ilustre magistrado de la República. Obvien que el TSJ parece otro ministerio y digamos que quiso guardar las formas.
Pero tu Tibisay tienes otra misión, una muy clara, que comenzó desde el mismo momento que te reeligieron: Incentivar la abstención. Sabemos todo lo que harás para que la gran mayoría del pueblo que hoy se opone a tus jefes, hablo en plural porque no sé si tu recibes ordenes de Diosdado o Maduro, tiene la intención de votar masivamente contra el gobierno más hambreador y corrupto de la historia nacional. Por eso te vemos cada vez más en actos oficiales, por eso el episodio de las firmas, por eso tus declaraciones cada vez más políticas y menos institucionales.
Pero te equivocas Tibisay, nosotros nos podemos equivocar una vez, pero no dos. Vamos a ir a votar porque las ganas de un pueblo de cambiar te darán una lección a ti y a quienes te mandan. Podrás pintar el cabello de rojo o tatuarte el logo del PSUV, pero el pueblo sabe que la defensa del voto y el respeto a su voluntad depende de su organización y contra un pueblo organizado no puede nadie.
Sigue jugando con los tiempos, con la paciencia del venezolano, sigue estirando la arruga, haciendo tu papel de promover la abstención, que de nada te servirá, lo único que lograrás será desenmascarar más a un gobierno que no cree en la democracia y reafirmar la conciencia de un pueblo que sabe que del cambio de la Asamblea Nacional, depende entre otras cosas, que no volvamos a tener al frente del CNE personas como tú y que tengamos venezolanos honestos, comprometidos con la paz y el entendimiento de una Venezuela que inevitable tendrá que convivir y rencontrarse en las diferencias.
Brian Fincheltub
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