Estimada Tibisay:
Escribo estas líneas el sábado 9 de mayo, esperando, al igual que otros 30 millones de venezolanos, que de una vez por todas, anuncies la fecha de las elecciones parlamentarias, las cuales, según la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, deben celebrarse antes que concluya este año 2015.
Si mi memoria no me falla, creo que ésta, es la tercera carta que te escribo desde que eres Presidenta del Consejo Nacional Electoral. La primera misiva la escribí en julio de 2010 para solicitar una explicación por la ilegal, arbitraria e inconstitucional inhabilitación que me aplicó el CNE, la cual me impidió ser candidato a diputado de la AN por San Cristóbal. Esa carta, por cierto, nunca recibió respuesta.
La segunda fue en abril de 2013, para reclamar la aberrante manera como declaraste ganador a Nicolás Maduro, a sabiendas de que el PSUV hizo trampa para robarse esos comicios. Esa carta tampoco fue respondida.
Coloqué en el título de esta carta, ex profeso, la palabra “tramparente”, porque en mi humilde opinión, creo que ese es el adjetivo que mejor define tu postura como cabeza visible del CNE. Dudo mucho que conozcas lo que significa ser “transparente”, porque eso es lo que menos has querido ser desde que estás al frente de tan delicadas funciones.
Estimada Tibisay: tengo la leve impresión de que Barquisimeto, estado Lara, la ciudad donde naciste el 26 de abril de 1959, no debe estar muy orgullosa de ti. Tampoco lo debe estar la Universidad Central de Venezuela, donde estudiaste y te graduaste como socióloga. Pero como en este país puede pasar cualquier cosa, no me extrañaría que mañana, la ciudad crepuscular te designe hija ilustre y la UCV te conceda un doctorado Honoris Causa.
En revolución todo es posible, de manera que es muy probable que uno de estos días, el directorio del CNE decida hacerte una estatua. No en balde, estás “enchufada” a ese organismo desde el mes de diciembre de 1999, cuando el régimen de transición del Poder Público, hizo que la Asamblea Nacional Constituyente te designara como rectora suplente del Consejo Nacional Electoral (CNE).
En agosto de 2003, la Sala Constitucional del TSJ te designó Rectora Suplente del CNE. El 30 de abril de 2006, fuiste elegida Presidente del máximo organismo comicial del país para el período 2006/2009. Fuiste reelegida para el período 2009/2013 y aunque tu mandato expiró el 30 de abril de 2013, te quedaste en el cargo, ilegalmente, hasta el 26 de diciembre de 2014, cuando el TSJ te designó nuevamente como Presidenta tras admitir la declaración de “omisión legislativa” que pidió el presidente de la AN, tu pana Diosdado Cabello.
Tu elección, por cierto, fue muy “tramparente”: fuiste postulada al final de la tarde del último día de la prórroga y sin acudir personalmente a entregar los recaudos, lo cual era una condición “sine qua non” para todos los aspirantes a rectores.
A mi particularmente no se me olvida, que el 20 de noviembre de 2014, desmentiste a través de la red social Twitter tu candidatura a la presidencia CNE. En aquella oportunidad escribiste: “Ni mi persona, ni la aún rectora @SandraOblitas hemos presentado inscripciones para otro nuevo período dentro del Consejo Nacional Electoral (…) Desmiento totalmente los rumores mal sanos que han divulgado personas inescrupulosas con el fin de generar odio en el país (…) Es totalmente falso. No hagamos eco de noticias que no tienen fuente alguna, solo nuestro Poder Electoral puede manejar esa información (…) Hagamos caso omiso a todo tipo de información sin fuente valedera. Seamos todos generadores de la paz, por un mejor país, por una mejor Vzla”. Una semana después, el TSJ te designó presidenta del CNE y a ti ni se te alborotó el pelo.
Algunos venezolanos se creyeron el cuento de que tú no ibas a repetir en la presidencia del CNE. Pero quien escribe, estaba completamente seguro de que ibas a continuar en ese cargo, porque nunca olvidé la tremenda “jalada de mecate” que le diste a Maduro el 10 de octubre de 2013, cuando como presidenta del CNE, mostraste en un programa de televisión una “certificación” del acta de nacimiento de Nicolás, y aseguraste que el mandatario cumplió con todos los requisitos para su candidatura a las elecciones del 14 de abril. Esa vez dijiste, con tu cara muy lavada, que Maduro había nacido en la parroquia caraqueña de La Candelaria, en el oeste la ciudad de Caracas y no en Cúcuta, como aseguran muchos.
En lo que va del 2015, haz dado tres grandes muestras de la “tramparencia” que te caracteriza: El 10 de marzo leíste un comunicado en el que manifestaste tu rechazo a las sanciones del gobierno de EEUU. Ese día dijiste que las sanciones impuestas por Estados Unidos a siete funcionarios venezolanos pretenden afectar el proceso de primarias que se realizará en el país este año, de cara a las elecciones parlamentarias.
El 9 de abril certificaste en tiempo récord (apenas 24 horas) más de 10 millones de (supuestas) firmas que fueron recolectadas contra la orden ejecutiva de Barack Obama que sanciona a siete funcionarios venezolanos. Dijiste que el CNE “certificó un total de 98% de los ciudadanos y ciudadanas firmantes, con tan sólo un margen de error de 1,3%”.
El pasado 8 de mayo, refrendaste la decisión ilegal, e inconstitucional de la Asamblea Nacional de eliminar el derecho al voto directo para diputados en el Parlamento Latinoamericano. Apoyaste la írrita decisión con el falso argumento de asegurar la participación equitativa de las mujeres mediante un documento presentado por el Frente Nacional de Mujeres, que como se sabe es una organización afecta al PSUV.
Como puede observarse, Tibisay, tu comportamiento ha sido muy “tramparente”. En tus manos, Maduro y sus 40 ladrones, tienen puesta su confianza para “trampear” una vez más, las elecciones.
SC, 9 de mayo de 2015
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