Desde el traslado de la materia prima a la fábrica agroindustrial para ser procesada, hasta la colocación del alimento terminado en el supermercado, cada paso, es autorizado por la Superintendencia Nacional de Gestión Agroalimentaria a través de la emisión de una guía del Sistema Integral de Control Agroalimentario, publica El Nacional.
Dulce María Rodríguez
drodriguez@el-nacional.com
Al evaluar los resultados de la implementación del mecanismo, el asesor económico Tomás Socías aseguró: “Las guías de movilización son una de las principales dificultades para el abastecimiento de alimentos”.
Indicó que el gobierno controla 100% la distribución de los alimentos a los supermercados públicos y privados, y ahora con las captahuellas controla 60% de la salida de los productos de los comercio al consumidor.
El mecanismo que entró en vigor en el año 2008 con el fin de frenar el contrabando de extracción de los productos de la cesta básica en los estados fronterizos Táchira, Zulia y Apure se extendió al poco tiempo a todo el país. Seis años después el gobierno retomó el mismo argumento del contrabando para establecer el sistema de guías de movilización a todos los bienes prioritarios.
Actualmente la emisión de estas guías se utiliza también para controlar y vigilar inventarios, almacenaje, y despacho de materia prima y alimentos que circulan en el territorio nacional, dijo Socías. “El control estatal es absoluto”, indicó.
Recordó que en abril se agudizó el control con las guías de movilización personalizadas para cada cliente, lo que retrasa aún más la llegada de los alimentos a la mesa de los consumidores.
Demoras. “La exigencia de que la totalidad de los despachos se realice mediante guías personalizadas, impone la dedicación de un tiempo mayor para la emisión de cada documento, con la consecuente pérdida de efectividad en el despacho de productos por jornada”, señaló la Cámara Venezolana de la Industria de Alimentos en un comunicado.
Pablo Baraybar, presidente del organismo gremial, afirmó el jueves que el nuevo sistema personalizado significaría que el tiempo de emisión de cada guía pase aproximadamente de 3 minutos a 35 minutos, lo que “complicará, aún más, la logística de la distribución de alimentos en todo el país”.
Ante las acusaciones de que no atienden a los sectores populares, aseguró: “Resulta imposible dejar de distribuir o desviar un despacho sin que lo autorice el gobierno”.
Dijo que la primera industria de alimentos del país emite 1.250 guías diarias. “Hay guías para movilizar los productos desde los almacenes hacia los comercios, por cada camión y por cada supermercado o cliente. Al mes totalizan 56.000 guías. El gobierno sabe cuál producto se entrega y la cantidad, a quién, hasta el nombre del chofer que maneja el camión y la placa”.
Socías señaló que el control de los centros de distribución traería más retraso y dificultades para el abastecimiento. “Ya el gobierno ha demostrado su ineficiencia para producir, aunque controla 30% de la producción de los rubros básicos los anaqueles están vacíos. No será distinto si ellos se encargan directamente de distribuirlos”.
Con criterio
Tomás Socías, asesor económico, indicó que las soluciones para agilizar la distribución de alimentos y abastecer el país son:
Automatizar: el Sistema Integral de Control Agroalimentario debe emitir la guía según criterios establecidos para que no se rechacen las solicitudes.
Planificar: sincerar e integrar las cifras de consumo que maneja el gobierno con la de los diferentes sectores productivos para que se puedan dirigir los alimentos hacia la zona en la que realmente faltan.
Ajuste de precios: hay pueblos a los que no llegan algunos productos porque los costos de los fletes, superan su precio de venta.
Hasta 16 horas laborables a la semana dedican trabajadores a las colas
ANA DÍAZ
Los trabajadores dedican hasta 16 horas de la semana a adquirir alimentos y bienes de primera necesidad al hacer largas colas frente a los establecimientos comerciales, advirtieron expertos del sector sindical. “Las empresas se han visto precisadas a relajar el otorgamiento de los permisos para que sus empleados puedan realizar las compras”, dijo Jakelin Richter, profesora de Derecho del Trabajo de la Universidad Central de Venezuela.
La catedrática explicó que como el fenómeno data de 2014 todavía no hay estudios científicos, pero los empleadores señalan que las largas y prolongadas horas en las colas están afectando el desempeño, a lo que se suma la caída de la producción por la falta de divisas para importar insumos y materias primas.
La abogada indicó que con una hora de cola y otra para regresar al lugar de trabajo, la persona ya está utilizando 20% de una jornada diaria de ocho horas semanales de lunes a viernes. “Los mismos trabajadores, especialmente las madres de familia, se rotan y organizan para cubrir a sus compañeros el día que por número de cédula les corresponde comprar porque al comercio llegó la mercancía como papel higiénico, carne, aceite, leche, pañales o harina de maíz precocido, entre otros”, dijo.
Froilán Barrios, coordinador del Frente Autónomo de Defensa del Empleo, el Salario y el Sindicato, señaló que de acuerdo con los cálculos de los propios empleadores, hacer las colas involucra hasta dos días de jornada por semana. “Esta situación implica que la caída en la productividad de las empresas en 2015 será superior a 25% y 30% registrada el año pasado”, alertó.
Dick Guanique, también representante de Fadess, precisó que hasta hace dos semanas, muchos trabajadores del sector público han realizado la compra de productos regulados y no regulados, pero escasos, en la hora de almuerzo para tomarse media tarde para hacer la cola.
“Con la reducción de los horarios por la emergencia eléctrica en los organismos públicos, el personal dedicará ese tiempo extra a hacer cola para satisfacer las necesidades alimentaria y de otros bienes de su familia”, refirió Guanique. Coincidió con Richter y Barrios: “Las colas son un golpe muy duro a la productividad porque se reducen las horas/hombre laboradas”.