El comerciante Grismaldo Antonio Muñoz Mavárez, de 45 años, murió electrocutado en la bañera de una habitación del motel Fénix, en San Francisco. A las 3.00 de la madrugada de ayer, su amante y acompañante tomó el celular y llamó a la esposa de la víctima para notificarle de lo ocurrido. La Policía científica evalúa si su deceso fue accidental. Así lo reseña laverdad.com / José Antonio González
Una sobrina de Muñoz informó que su tío salió la noche del pasado sábado de su vivienda, en el sector María Vieja del municipio sureño, sin decir a donde iba. Pasaron las horas y el hombre no llegaba a su hogar, donde su esposa lo esperaba. A cambio, la fémina recibió una llamada por parte de la amante de su esposo, de nombre Evelín, contándole lo que había sucedido y que Grismaldo estaba muerto.
Las investigaciones determinaron que cerca del jacuzzi había unos cables al descubierto. Grismaldo disfrutó de su momento íntimo junto a Evelín y luego decidió darse un baño en la tina. Al momento de ingresar a esta, el agua se desbordó y provocó la descarga eléctrica.
Yoselin Muñoz, hija del occiso, explicó que Evelín es una mujer dedicada a “chulearse” a los hombres. “En el hotel la montaron en una patrulla policial y mientras que nos miraba se reía de nosotras. Su esposo tiene conocimiento de sus andanzas, al punto que se presentó en el motel para apoyarla. A él no le importa que ella se acueste con otros, con tal y le dé plata”.
Trascendió que la víctima era dueño de diferentes negocios y de la playa San Luis, situada vía La Cañada de Urdaneta, de donde su amante es oriunda. Los detectives de la Policía científica trasladaron a Evelín hasta la sede policial para someterla a un interrogatorio, donde notificó también haber recibido una descarga eléctrica al intentar sacar a Muñoz del agua.
Grismaldo Muñoz (45) tenía tres años de relación con su amante. Dejó cuatro hijos en la orfandad y era el menor de 12 hermanos.