La reina Isabel II de Inglaterra presentó hoy en el Parlamento británico el plan del primer ministro, David Cameron, para el próximo curso legislativo, que incluye el proyecto que dará validez al referéndum sobre la Unión Europea (UE).
Viviana García/EFE
Con la tradicional pompa que rodea la apertura formal del Parlamento, la soberana, de 89 años, acudió en carroza desde el Palacio de Buckingham hasta la sede parlamentaria, donde leyó en la Cámara de los Lores las prioridades del nuevo Gobierno.
Acompañada por su marido, el duque de Edimburgo, y el príncipe Carlos, heredero de la corona británica, Isabel II cumplió con el protocolo de rigor al pedir a un emisario desde el trono de los Lores que llamase a los Comunes para que escucharan su discurso.
Tras recorrer el pasillo que separa las dos cámaras -Comunes y Lores-, el emisario llamó con tres golpes a la puerta de la Cámara baja para comunicarles la llamada de Isabel II.
Una vez todos en los Lores, la reina mencionó en pocos minutos los principales objetivos del Gobierno, que incluyen 26 proyectos de ley, ya adelantados por Cameron durante la reciente campaña para los comicios del 7 de mayo, cuando obtuvo la mayoría absoluta.
“Mi Gobierno legislará para interés de todos en este país”, dijo la soberana al dar comienzo a su breve discurso.
“Ayudaré a la gente trabajadora, apoyando las aspiraciones, dando nuevas oportunidades a los desfavorecidos y uniendo a diferentes partes del país (por las regiones británicas)”, añadió la reina al leer el texto redactado por su Gobierno.
Este es el primer programa legislativo en casi veinte años que es preparado por una administración totalmente conservadora, después de trece años de gobiernos laboristas -Tony Blair y Gordon Brown- y los últimos cinco de coalición entre “tories” y liberaldemócratas.
Uno de los textos más importantes es el proyecto que deberá autorizar la convocatoria de un plebiscito sobre la permanencia o salida del Reino Unido de la UE para antes de que termine 2017.
Para destacar la importancia que Cameron le da a este asunto, el el texto de ley sobre la consulta será introducido en el Parlamento mañana, y coincidirá, además, con el viaje que inicia el “premier” por algunas capitales europeas para promover su plan de reforma del bloque europeo antes del referéndum británico.
En este abultado programa está incluido el proyecto para combatir el radicalismo, ante la preocupación de los servicios secretos por el aumento de jóvenes musulmanes británicos que viajan a Siria para unirse a la lucha del Estado Islámico (EI).
Como lo adelantó Cameron la semana pasada, en la agenda legislativa está incluido su plan destinado a disminuir la inmigración ilegal, con la concesión de poderes a la Policía para que pueda confiscar los salarios de los indocumentados.
También se incluye la promesa de Cameron de reducir la banda fiscal a partir de la cual los trabajadores empiezan a pagar el impuesto a la renta, al elevarla de las actuales 15 a 30 horas a la semana para los que cobran el salario mínimo, establecido en el Reino Unido en 6,50 libras (9,1 euros) la hora.
Otro de los proyectos importantes es el de la concesión de mayores poderes al Parlamento autónomo escocés, como prometió Cameron a raíz del referéndum sobre la independencia de Escocia celebrado el pasado mes de septiembre.
El texto sobre Escocia está basado en las recomendaciones de la llamada Comisión Smith, que ha propuesto que la región tenga control para fijar el impuesto a la renta, aunque los 56 diputados del Partido Nacionalista Escocés (SNP) que ganaron en las elecciones ya han indicado que buscarán más concesiones.
En el apartado autonómico, hay un proyecto para que las grandes ciudades de Inglaterra puedan tomar medidas en materia de transporte y vivienda, mientras que habrá una reforma sobre las huelgas para limitar la convocatoria de medidas de fuerzas.
No está incluido en el programa del Gobierno un proyecto de ley destinado a suprimir la Ley de Derechos Humanos, debido a la sensibilidad que la propuesta ha generado entre algunos sectores de su partido y las organizaciones defensoras de los derechos civiles.
El objetivo de Cameron es suprimir en el futuro esa ley para evitar que ciertos casos judiciales controvertidos, sobre todo en materia de inmigración o terrorismo, terminen en la Corte Europea de Derechos Humanos de Estrasburgo cuando sus recursos hayan sido rechazados por los tribunales británicos.
Cameron ha optado por iniciar primero una consulta legislativa sobre este asunto antes de introducir el proyecto de ley.EFE