Todo el mundo da por descontado que la estrategia de la OPEP es mantener sin cambios la oferta al mercado de unos 30 millones de barriles diarios y la reunión del 5 de Junio en Viena, así lo confirma. La estrategia impuesta por Arabia Saudita de no reducir suministro tiene como objetivos; defender la participación de mercado pero a su vez busca que los productores con altos costos no sean competitivos y en consecuencia bajen su producción, en especial por el aumento de la producción domestica en los EEUU.
Según la información de la AIE, los datos disponibles muestran que el numero de taladros, cuya actividad determina la producción ha venido disminuyendo en los EEUU, un resultado que indicaría que la acción de los Sauditas ha tenido resultados favorables, y con esto lograrían disminuir el exceso de oferta estimada en alrededor de 1.5 millones de barriles diarios, lo cual es un indicador positivo de la estrategia de los Sauditas.
Ahora bien, la OPEP, vive un dilema que tiene dos aristas importantes; la primera es una de carácter interno al seno de la OPEP, con varios países miembros que muestran con resultados reales e intenciones de aumentar producción, tal es el caso de Irak que ya exporta 2.9 millones de barriles diarios la cifra mas alta desde 1980 y planifica seguir aumentando e Irán buscando un acuerdo sobre su programa nuclear y permitir el levantamiento de las sanciones recuperando su posición como segundo exportador luego de Arabia Saudita. La segunda, es la referente a los países NO-OPEP cuya producción se ve beneficia de las variaciones en el precio o que compite por mercados similares, como por ejemplo; Rusia que aumento en Mayo su producción en 0.3% llegando a los 10 millones de barriles diarios buscando sus mercados naturales de Europa, pero también el de China que compite con los productores del golfo pérsico. También entran en esta arista con los niveles de precios actuales de US$ 60 por barril, los EEUU, puesto que las economías de producción vuelven a ser positivas, y le siguen Canadá, Brasil, etc.
Lo anterior permite “ceteris paribus”, es decir si todo lo demás permanece constante, la previsión de un ciclo prolongado en el rango de los precios actuales, que para la cesta venezolana representan unos US$ 55 por barril. Una conclusión importante de la actual situación del mercado significa nos enfrentamos a una competencia del mercado basada en la eficiencia en costos para mantenerse en el mercado. Concluyo la época de buscar aumentar el ingreso por la vía del precio al reducir el suministro de la OPEP. El cambio estructural del mercado petrolero llego para quedarse.
Con este entorno, la situación de Venezuela es débil, no hay una estrategia clara para que el país reponga su posición como país miembro de la OPEP y lograr que la actividad petrolera genere los ingresos que la economía del país requiere para salir de la mayor crisis de su historia. Tanto el Ministro de Petróleo y los voceros de PDVSA, pareciera esperan el milagro de la vuelta del barril de petróleo a US100, lo cual como hemos analizado no ocurrirá. Lo real, es la reducción de la producción de petróleo, la perdida del mercado que mejor paga el petróleo venezolano los EEUU, un endeudamiento escandaloso de PDVSA, la falta de competitividad en mercados como China generando perdidas al país. Lo ultimo, es continuar trayendo petróleo liviano importado de Argelia, Libia, Angola y hacerlos socios de PDVSA para mezclarlo con el extrapesado de la faja, con unas muy dudosas economías para el negocio de las cuales dudan todos los conocedores del mercado petrolero;
Llega el tiempo en que debemos todos exigir una verdadera política petrolera y energética para el país, al ritmo que vamos en poco tiempo solo quedaremos como la referencia histórica del país que fue uno de los fundadores de la OPEP.
@JFernandeznupa.