Desde un alfiler hasta un electrodoméstico venden quienes tienen quincallas en la calle, a veces a menor precio que en locales comerciales. Para muchos es el negocio que esperaban, a fin de resolver su vida, o confiados en que al menos les proporcione recursos que les permitan aliviar su situación económica. El Impulso
Carlos Colmenares, de 24 años, vive en Barrio Unión y está asociado con un familiar. “Gano más trabajando independiente que en la empresa donde trabajaba. Aquí gano el triple del sueldo mínimo”, nos comentó.
Los artículos que más venden son los controles remoto y la gelatina para el cabello. Erika Díaz vende bisutería, artículos de maquillaje y colonias. “Me va bien. Antes trabajaba en casa de familia. Aquí trabajo sin rendirle cuentas a nadie.
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