Los meteorólogos empezaron a dar nombre a los huracanes para facilitar la comunicación entre ellos y el público en general en caso de peligro. Reseñó Errores Históricos
Al principio los huracanes se les bautizaban con el santo del día en que afectaba a la zona. Por ejemplo, en 1825 fue el ” huracán de Santa Ana” o el de San Felipe en 1876. Pero el primer meteorólogo que uso un nombre de mujer para referirse a un huracán fue el australiano Clement Wragge, a finales del siglo XIX.
No fue hasta 1953 que desde América se tomó la iniciativa de nombrar las tormentas únicamente con nombres de mujer. En 1978 se decidió dar nombres también de hombres a las tormentas en el Pacifico Norte Oriental, y en 1979 la Organización Meteorológica Mundial y el Servicio Meteorológico de Estados Unidos incorporaron nombres alternos de hombres y mujeres para nombrar las tormentas.
Cada año, se prepara una lista de nombres para la próxima temporada de huracanes. La lista contiene un nombre por cada letra del alfabeto (las letras Q, U, X, Y, Z no se incluyen debido a que pocos nombres empiezan con esas letras). Estas listas se repiten cada seis años, y se cambian los nombres cuando el nombre de un huracán ha sido retirado.
Los nombres de huracanes muy destructivos se retiran, quedando en los registros históricos, y son sustituidos por otros que inician con la misma letra. Cualquier país gravemente afectado por un huracán puede solicitar que se retire ese nombre. Esto significa que ese nombre no podrá ser utilizado al menos durante 10 años, y así evitar posibles confusiones.