En un desafortunado intento por hacer un truco con una espada, un hombre probablemente ebrio terminó cortándole la nariz a su amigo, quien gustoso se había prestado para la escena.
Los dos sujetos se encontraban en una fiesta y uno de ellos se colocó inclinado hacia atrás sosteniendo una salchicha con la boca. El otro quiso hacer un corte magistral, como si fuera un samurái y sostuviera una Hatori Hanzo, pero evidentemente no tenía experiencia.
Fuente: Excelsior