Las encuestas muestran cómo los que se declaraban indecisos se definen por la oposición en una proporción de 5 a 1. Hasta 30% de los venezolanos que se declaran chavistas quieren emigrar. Venezuela se ha convertido en un país del cual quieren irse hasta los pobres.
Después de celebrar las elecciones la oposición se enfrentará al día siguiente. ¿Qué hacer con la victoria? No será nada fácil poner de acuerdo a sus diputados, cada uno con sus aspiraciones, y aún más difícil será trazar una estrategia. La mayoría de la oposición verá esa victoria como el medio de sacar a Maduro del poder, aunque lo prudente será esperar la oportunidad, acercarse a los mismos diputados chavistas que también desean librarse de Maduro, convencerlos de que la oposición no quiere borrarlos del mapa sino buscar una solución a la crisis que pasa, por necesidad, por remplazar a Maduro en la presidencia, ¿por quién? ¿Celebrar elecciones presidenciales en uno o dos años? Después del 6 de diciembre surgirán grandes preguntas sobre el futuro.
Al día siguiente de la victoria todo se complica, ahora, en cambio, la oposición coincide en buscar votos para derrotar al madurismo. Marchamos hacia lo desconocido, mientras la situación del país empeora a una velocidad aterradora “80% de los venezolanos piensa que el país marcha mal, muy mal”. “El Producto Interno Bruto (GDP) cayó en 2014 un 4% y para este año se espera una caída de 7,5%. Las reservas internacionales están en su nivel más bajo ($17,5 Mrd) desde el golpe de Estado petrolero del 2003. La inflación en 2013 alcanzó el 56%, en 2014 el 68% y para este año llegará probablemente a 120%-175% (HSBC). Los aumentos del salario mínimo 2014-2015 no cubrieron las pérdidas inflacionarias, lo que repercutió en un dramático deterioro de la calidad de vida de las clases populares. La tasa de pobreza estuvo en 1999 en 49%; en 2009 bajó a 33,5%, y en 2013 subió a 38,2%. Para 2015 se calcula en alrededor del 55%”.
Chávez ganó sucesivas elecciones con generosos planes sociales, permitiendo a la clase media viajar por el mundo con dólares subsidiados: fue el revolucionario apropiado para la Venezuela del siglo XX. Los venezolanos no son cubanos, ni hubieran votado por Chávez parar sufrir penalidades. Y votaron por el verdadero responsable de la ruina del país, Hugo Chávez.
Chávez buscó el apoyo de Mayz Vallenilla y un Jorge Olavarría para librarse de la imagen de izquierdista, aceptó que una empresa norteamericana, ESS, comprara La Electricidad de Caracas, firmó el Tratado de Doble Tributación con Estados Unidos, emprendió un enmarañado recorrido de elección tras elección. Maduro no es manco pero en el PSUV no lo quieren. Lo escogió Chávez sin la anuencia de los chavistas que se declaran en rebeldía frente a Miraflores que trata de sustentarse en los militares, pero desde hace mucho se sabe que las bayonetas sirven para todo menos para sentarse sobre ellas. A Maduro solo le queda evitar las elecciones, hablar del Negro Primero, evitar el tema electoral y poner así en evidencia la fragilidad de su gobierno. Maduro no quiere llegar al día siguiente, pero fatalmente enfrentará los resultados electorales a menos que intente acentuar el autoritarismo y darle la espalda a América Latina. Sería su última y más tonta maniobra.